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3. CALIDAD DE LA DOCENCIA.
Mejorar la calidad de la docencia ha de ser una preocupación constante. Debemos encontrar fórmulas para mejorar las condiciones del trabajo en el aula, así como estimular la formación docente de nuestros profesores, especialmente la adopción de nuevas técnicas y métodos.
Es necesario diseñar estrategias adecuadas para evaluar la docencia que se realiza en la Universidad. En este aspecto nos queda mucho por hacer. Asimismo, es importante revisar las condiciones en que se realiza esta actividad sustantiva.
En el año que cubre este informe, el tamaño promedio por grupo fue de 26 alumnos. Sin embargo, encontramos variaciones significativas entre las divisiones y los distintos momentos de la currícula escolar. En algunos casos se dan proporciones que no son adecuadas para el mejor trabajo en el aula.
Los indicadores muestran mejorías relativas, por ejemplo la tasa de acreditación en evaluación global paso del 68% al 70.2%, igual ocurrió con la tasa de las evaluaciones de recuperación. Debido a este fenómeno, encontramos un aumento significativo en el número de alumnos regulares que pasó del 15% al 20% del total de la matrícula. Así también es notorio el incremento en el número de alumnos que egresaron, alcanzándose la cifra de 3,569 estudiantes, lo que representa un incremento del 19% respecto del año anterior y que está muy por encima del promedio histórico. Esta es la cifra más alta de egresados en la historia de la Universidad Autónoma Metropolitana. En el mismo sentido encontramos que el número de alumnos titulados se duplicó al llegar, en el transcurso del año, a 3,005.
Estos indicadores han de ser objeto de cuidadosa atención pues no forzosamente señalan una mayor calidad, sin embargo, son importantes en cuanto nos marcan las tendencias a que apunta el desarrollo de la docencia. Sólo en la medida en que contemos con un sistema eficaz de evaluación del trabajo docente podremos valorar adecuadamente el significado de estos datos y planear el desarrollo de la Universidad. Por ello resulta de la mayor importancia organizar un esquema de ponderación de esta actividad fundamental.
Para apoyar la calidad del trabajo docente se establecieron los concursos para la elaboración de libros de texto para la docencia ya mencionados. Así se apoya y se difunde uno de los rasgos distintivos de la propuesta de educación superior que representa la Universidad Autónoma Metropolitana.
La preparación de libros de texto y material didáctico adecuado a las necesidades de nuestros programas de estudios ha sido un esfuerzo que se desagregó y que ocasionalmente ha ocupado a nuestros profesores, sobre todo en los primeros años de vida de la Institución. Con esta medida se busca promover y dar cauce institucional a este tipo de trabajo, así como brindar un apoyo a las necesidades del sistema de educación superior.
Esta propuesta promueve la defensa y reforzamiento del modelo de profesor-investigador que la Universidad Autónoma Metropolitana ha impulsado desde su creación. En la generación de libros de texto encontramos una expresión muy importante de la capacidad de esta fórmula.
Los concursos de libros de texto para el apoyo de la docencia los consideramos también como parte de las medidas de apoyo a la permanencia, pues se encontró que la posición de la Universidad, al competir académicamente con instituciones especializadas en docencia o en investigación, se había tornado desventajosa para los profesores, que no encontraban aliento a la doble intención de su trabajo. Por ello, para promover la permanencia, es importante impulsar crecientemente las tareas académicas, tanto desde el polo de la docencia como desde la investigación. Lo que, en este caso, redunda directamente en la mejoría de la calidad del trabajo docente.
Este es un ejemplo claro de cómo el paquete de medidas de apoyo a la permanencia, tiene un carácter integral que colabora en la solución de diversos tipos de problemas, donde cada propuesta particular tiene múltiples objetivos e intenciones.