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INTRODUCCIÓN

1. Contexto general. Situación y perspectiva de la educación superior.

La educación superior de nuestro país atraviesa por una coyuntura y en gran medida crítica. Los problemas de la educación superior, si bien son en parte consecuencia de la crisis económica y de las decisiones adoptadas por el gobierno para encararla, derivan también de la forma explosiva como se desarrollo la vida universitaria en las dos últimas décadas, de los cambios y avances experimentados por las ciencias y la tecnología (con sus consecuencias inevitables en las estructuras de las disciplinas y profesiones) y de una evidente desestimación social del trabajo de las universidades, particularmente de las públicas. Por lo mismo, sostenemos la tesis de que hoy más que nunca el desarrollo de la educación superior debe pensarse en términos estratégicos –en el mediano y largo plazo- y teniendo como objetivo central la revalorización del trabajo académico y la elevación de la creatividad de los universitarios.

La crisis de la educación superior ha sido en este periodo motivo de un cuestionamiento y un deber de orden nacional. Como resultado de esta reflexión en marcha empiezan a cambiar concepciones y practicas tradicionales en el sistema educativo, apuntando fundamentalmente a su reforma y modernización. En este proceso de cambios, si bien debemos evitar un enfoque productivista de las funciones universitarias, tampoco se puede ignorar la exigencia social cada vez más extendida y firme de mejorar la calidad del quehacer de las universidades. Creemos necesario hacer tales inquietudes, planteando al mismo tiempo mejores condiciones para el desarrollo integral de las universidades.

En el medio externo a las instituciones, tanto sociedad como gobierno demandan un mejoramiento sustancial de la calidad de las labores universitarias, un vínculo más estrecho de sus funciones con las necesidades de la sociedad y de la nación y una corresponsabilidad más precisa y evaluable con el desarrollo económico y las actividades productivas del país.

En esta perspectiva se desarrollaron durante 1989 las discusiones sobre el Programa para la Modernización Educativa, emitido por el Gobierno Federal, y los distintos Programas para el Mejoramiento de las Funciones de la Educación Superior acordados en las ANUIES. Programas que, como se desprende de la última sesión sobre evaluación, celebrada en Tampico, Tamps., intentan generar una direccionalidad planificadora que pone el acento en el desarrollo de la calidad y productividad institucionales y de los mecanismos internos y externos de verificación de resultados. No escapa por tanto a nuestra consideración el hecho de que estas reglas de juego, si bien pueden favorecer y consolidar áreas y grupos específicos de trabajo académico en las instituciones, también conllevan riesgos inminentes para el desarrollo integral de las instituciones, si éstas no cuentan con políticas, programas y recursos que eviten una mayor segmentación de sus comunidades y el deterioro creciente de las condiciones de trabajo y de vida de sus integrantes.

En este contexto en el la UAM en general y nuestra Unidad en lo particular buscan, mediante diversas acciones, fortalecer su posición institucional y sus capacidades de desarrollo. En efecto, a este interés corresponden las medidas recientes del Colegio Académico y las iniciativas de la Unidad para mejorar las condiciones del personal académico y apoyar en mayor medida los proyectos valiosos y sobresalientes.

2. Aspectos relevantes del desenvolvimiento de la UAM-A.

En el año de 1989 se conmemoró el XV aniversario de la fundación de la UAM, acontecimiento que permitió el desarrollo de diversos eventos académicos en los que participaron, como se vera más adelante, las divisiones y departamentos de nuestra Unidad. También tuvieron lugar cambios en dos de los principales órganos personales de la Universidad con la designación, por una parte, del DR. Gustavo A. Chapela Castañares como Rector General y, por la otra, de la Dra. Sylvia B. Ortega Salazar como rectora de la Unidad Azcapotzalco. Al tomar posesión, el 7 de julio, expresé nuestra obligación como comunidad académica de incidir activamente en la orientación de los cambios que requiere el sistema de educación pública, reivincando la vocación de nuestra institución por la excelencia académica y comprometiendo un gobierno universitario centrado en las decisiones colegiadas.

Los nuevos contextos y exigencias en el amito de la educación nos han permitido reafirmar nuestra convicción en la vigencia de nuestro modelo universitario y reconocer la conveniencia de introducir cambios y adecuaciones que lo fortalezcan como alternativa para el desarrollo de la educación superior pública de nuestro país. En este sentido, se han hecho evidente la necesidad de discutir y resolver mecanismos y procedimientos nuevos, más eficaces y expeditos, que eliminen cualquier signo de abatimiento de la calidad del quehacer universitario, mejorando las estructuras y condiciones institucionales y generando nuevos estímulos para el fortalecimiento de la vida académica. Las experiencias cursadas por nuestra comunidad académica permiten detectar como aspectos problemáticos los siguientes: las estructuras vigentes para el desarrollo y financiamiento de la investigación y para la evaluación, la difusión y el aprovechamiento de sus resultados; los criterios y mecanismos para una más expedita actualización, creación y desarrollo de programas docentes; el desarrollo del concepto de multidisciplinariedad y de la articulación docencia-investigación, mediante la multiplicación de proyectos y programas operativos; los fenómenos de desvalorización social del trabajo universitario, con sus secuelas negativas sobre las condiciones sicológicas y remunerativas del personal académico; por fin, las condiciones externas de incertidumbre que dificultan la previsión de estrategias y limitan las posibilidades de planeación institucional.

Con todo, estamos convencidos de que la UAM guarda con respecto a otras instituciones una posición de ventaja, gracias justamente a la mayor actualidad de su modelo institucional. Conviene por lo mismo empeñar nuestros mejores esfuerzos para perfeccionarlo.

a) Investigación.

Durante 1989 las divisiones emprendieron distintas actividades tendientes a promover y coordinar el desarrollo de la investigación. Ha destacado la tendencia común a revisar los proyectos y programas para que cumplan con los requisitos establecidos, el establecimiento de comisiones de evaluación y seguimiento de la investigación, la consolidación y creación de seminarios especializados, las políticas de formación de investigadores, el desarrollo de proyectos interinstitucionales y la mayor promoción y difusión de resultados.

Creemos conveniente intensificar y respaldar estas orientaciones, para avanzar hacia un perfil más preciso de la Unidad en estas actividades.

Deben también destacarse los esfuerzos realizados por las divisiones para obtener financiamientos específicos y complementarios a los programas de investigación, mediante la celebración de convenios de patrocinio con otras instituciones o agencias externas, públicas y privadas, así como la diversificación de la labor editorial de la Unidad. Estas dos líneas de trabajo, particularmente importantes para el impulso al trabajo de investigación, seguirán siendo motivo de atención y apoyo especiales en esta gestión.

En un balance global de las actividades de investigación en Azcapotzalco durante 1989, debe señalarse la aprobación de 96 proyectos aprobados en CBI, 10 en CSH y 30 en CAD, que hacen un total de 136 nuevos programas; habiéndose concluido durante el año 30 proyectos (10 en CAD, 2 en CSH y 18 en CBI), recibiéndose financiamiento externo para investigaciones de CBI y CAD. Por otra parte, la actividad investigativa de la Unidad ha generado, además de los productos del trabajo y comunicaciones científicas del área de ciencias e ingenierías, 296 publicaciones diversas producidas por las divisiones de CSH y CAD, dentro de las cuales se tienen 59 libros, 2 antologías y 11 publicaciones periódicas.

En la difusión de los resultados de investigación de la UAM-A se destacan los convenios de coedición con distintas empresas realizados por CAD y la exitosa aceptación lograda por las revistas “El Cotidiano” y “Universidad Futura”. Para consolidar y desarrollar este tipo de actividades, la rectoría ha decidido emprender algunas iniciativas en materia de política editorial que amplíen y fortalezcan la presencia académica y la influencia cultural de nuestra Unidad.

Por otra parte, deben resaltar los programas interinstitucionales celebrados por CAD con dos instituciones argentinas, que dieron origen a cinco proyectos de investigación conjunta sobre historia de la arquitectura y el urbanismo, dos de los cuales fueron ya concluidos, y los programas de CBI, financiados por CONACYT, para investigaciones conjuntas con instituciones de Cuba y Gran Bretaña.

Finalmente señalaremos que en 1989, fueron aceptados o ratificados 20 profesores de la Unidad en el Sistema Nacional de Investigadores, 9 en la categoría de investigador nacional y 11 como candidatos.

b) Docencia.

La UAM-A continúa siendo una institución pública atractiva para la formación profesional. Este hecho se manifiesta en la demanda de ingreso que en el último trienio ha tenido un incremento sensible (13 mil 940 aspirantes en 1989).

Durante 1989 la matrícula de nuevo ingreso en la Unidad fue de 4 mil 387 alumnos, cantidad que representa un aumento del 5.1 % con respecto al año anterior, manteniéndose una capacidad de absorción inferior al tercio de aspirantes.

Con la cifra de nuevo ingreso señalada, la Unidad cobijó durante el año que se informa la cantidad de 15 mil 776 alumnos, rebasando por tercer año consecutivo –y en el nivel más alto- su capacidad originalmente proyectada de 15 mil alumnos.

Por cuanto a distribución de la población estudiantil, los datos estadísticos señalan que si bien se mantiene un mismo patrón de comportamiento que en el primer ingreso (con la preponderancia de CBI sobre las otras divisiones), también se aprecia una tendencia decreciente del peso relativo de CBI respecto de la población total (pasando de 45.3% en 1985 a 43.3% en 1989), cubierto por un aumento del peso relativo de CAD (que pasa de 19.2 % a 21.5% en los mismos años). Por su parte, CSH se mantiene en el mismo rango con un 35% de la población estudiantil global.

En lo referente a la planta académica, se ha mantenido en los últimos años un comportamiento fluctuante con una tímida tendencia al crecimiento y una distribución tendencialmente favorable a CBI. En el año de 1989 se registra la cantidad de 1,115 profesores adscritos por división de la siguiente manera: 41% en CBI, 33.5% en CSH y 25.7% en CAD.

Ahora bien, desde el punto de vista de las categorías laborales, se aprecia en los últimos cinco años una tendencia global de incremento en la proporción de titulares y una reducción drástica en el nivel de los asistentes. Este fenómeno, sin embargo, no afecta por igual a las divisiones, pues mientras CSH incremento significativamente su proporción de titulares, esta categoría disminuyo relativamente en las otras divisiones.

En el desempeño de las actividades docentes deben destacarse los esfuerzos realizados por las divisiones en lo referente a la actualización, reforma y creación de UEA’s.

Durante el año que se informa las tres divisiones formaron comisiones académicas para efectos de revisar los planes de estudio, cobrando significación las modificaciones emprendidas en las carreras de ingeniero electricista, en electrónica, químico y metalúrgico (CBI); el Tronco General de Asignaturas y las licenciaturas en sociología, economía y administración (CSH); el Tronco General de Asignaturas y la carrera de diseño de la comunicación gráfica (CAD). En el mismo sentido de elevar de la calidad de la enseñanza, se impartieron seminarios, cursos especiales, ciclos de conferencias y se produjeron diferentes tipos de materiales didácticos. La descripción y cuantificación de estas actividades se contiene en los informes divisionales.

En el caso particular de CBI, destacan las actividades de la Coordinación de Relaciones Universidad-Industria y del Sistema de Aprendizaje Individualizado (SAI) que abrió cursos para las asignaturas de Electromagnetismo y Oscilaciones, Física Moderna e Historia de la Ciencia.

En 1989 egresó la primera generación de la maestría en Planeación Metropolitana, atendida conjuntamente por CAD y CSH y se inició el curso propedéutico para 32 aspirantes de la maestría en Economía; se aprobó, a propuesta del Departamento de Medio Ambiente (CAD), la especialización en diseño ambiental, y se revisaron los proyectos para dos programas de posgrado: Historia de México, para desarrollarse con la modalidad de estudios a distancia y Literatura Mexicana.

Para el mejoramiento de la planta académica se continúo impulsando dentro de las divisiones la asistencia de los profesores en distintos eventos de actualización y en programas de posgrado. A este respecto se registro durante 1989 la participación de más de una centena de profesores en programas de investigación, maestría y doctorado.

c) Extensión y difusión.

Complemento importante de las actividades de docencia e investigación y sustento de la proyección cultural y de servicio de la Universidad, las actividades de extensión y difusión cobraron en 1989, con motivo del XV Aniversario de la UAM, una particular importancia.

En términos generales, esta línea del trabajo institucional apuntó de manera destacad en las siguientes direcciones: se multiplicaron los trabajos de servicio social en distintos ámbitos de la sociedad, tanto en relación con comunidades y entidades gubernamentales como en el campo de la industria; se desarrollo una actividad relevante de eventos de difusión científica y cultural por las divisiones, y se tomaron medidas para mejorar la divulgación de los resultados de investigación.

Dentro de este conjunto diverso de tareas, vale la pena destacar el proyecto de “Apoyo a dependencias públicas y gobiernos de los Estados” que agrupa a cerca del 40% de prestadores de servicio social de CBI; la ampliación de las opciones de servicio social en CSH con diez proyectos nuevos; el trabajo del Bufete Jurídico que ofreció durante 1989 –en los campos del derecho familiar, laboral, penal y de propiedad- un total de 925 asesorías y atendió 77 casos concluyendo 38 de ellos; los programas de visitas guiadas y servicio docente en lenguas extranjeras del Departamento de Humanidades; finalmente, los 276 eventos diversos (foros, presentaciones de libros, cursos extracurriculares, campañas, expresiones y exposiciones artísticas y apoyos técnicos a la institución y la comunidad) emprendidos por la división de CAD.

Por su parte la coordinación de Extensión Universitaria participó en la organización de los festejos del XV Aniversario de la UAM, conjuntamente con las divisiones y la Secretaría de la Unidad. Asimismo, preparó la realización de la reunión Nacional de Administradores de Educación Superior; participó en la organización del acto “Guerra y Muerte ene. Salvador”, conjuntamente con el Departamento de Derecho de CSH, y desarrollo sus actividades de información a los medios periodísticos.

Durante 1989, distintos profesores y estudiantes de la Unidad recibieron reconocimientos externos por su labor y trayectoria académica. Estas distinciones, además de representar un motivo de orgullo personal para quien las recibe, son también una satisfacción que comparte la comunidad universitaria en su conjunto. De CAD fueron galardonados, entre otros, el arquitecto Martín L. Gutiérrez, fundador de la División, quien fue objeto de homenaje por parte de la comunidad universitaria; los profesores Elia Chiki Miyasako, Nelly García Bellizzia, Víctor Bayardo y Salvador Ortega, quienes recibieron diplomas de reconocimiento de parte del colegio de Arquitectos; el D.I. Héctor Barreiro Torres, obtuvo un diploma por el tercer lugar en el “Primer Gran Premio Nacional NACOBRE 89”; la profesora Oweena Fogarty O. recibió un diploma del Salón Nacional de las Artes Plásticas, y el alumno Alberto Mendoza Ayala recibió de Sociocultur y el Sistema de transporte Colectivo (Metro), medalla y diploma por la realización del Cartel Conmemorativo del Bicentenario de la Revolución Francesa. De CBI, fue nombrado para cargos honoríficos el M. en C. Hugo E. Solís Correa, como evaluador de proyectos del CONACYT, como Secretario de vocalías de la Asociación Nacional de Energía Solar y como Presidente del XXV Congreso Mexicano de Química, celebrado en Aguascalientes, Ags.

3. Actividades de apoyo a la vida académica.

La Comisión de Apoyo al Desarrollo Académico (CADA) realizó los tramites institucionales para la celebración de convenios de financiamiento e intercambio, becas y apoyos especiales al personal académico, además de organizar cursos de educación continua. Las cifras indican que durante 1989 se tramitaron en esta comisión 101 becas, 11 cursos de educación continua (6 en la Universidad Nacional de Ingeniería de Nicaragua y 5 en esta Unidad) se tramitaron apoyos para 8 proyectos por parte de DGICSA-SEP, para dos más a través de CONACYT y 11 apoyos especiales para la asistencia de profesores a cursos y eventos. Finalmente, se realizaron las gestiones para convenios con 27 instituciones nacionales y extranjeras.

Por su parte la Comisión de Planeación realizó distintos trabajos de información y análisis sobre la vida institucional, PROPORCIONÓ INFORMACIÓN PARA INTEGRAR EL INFORME DE Rectoría General, generó documentos básicos para la elaboración de las Líneas de Gestión 1989-1993 y las tablas y documentos de síntesis párale presente informe. A finales de 1989, se definieron las orientaciones fundamentales para la reorganización de COPLAN y se establecieron las líneas de trabajo para el periodo.

Las coordinaciones administrativas y de apoyo desarrollaron sus actividades en términos normales, respaldando en algunos casos de manera destacada, dadas sus funciones, las actividades académicas de la Unidad. En este caso pueden mencionarse la ampliación de acervos y recursos técnicos de los servicios de información, servicios de cómputo y servicios universitarios.

4. Líneas de gestión prioritarias 1989-93.

De la observación de las condiciones que prevalecen en la institución y su entorno, así como de las consultas sobre las perspectivas del desarrollo futuro de la UAM-A, hemos derivado algunas directrices fundamentales para orientar la gestión rectoral. Estas apuntan en lo esencial, como hemos señalado anteriormente, a revalorar el trabajo académico, desarrollar nuestras capacidades de planeación y desplegar una intensa actividad de fortalecimiento de nuestras relaciones con la sociedad. En este sentido hemos convenido los siguientes puntos.

1. El establecimiento de mecanismos de revaloración y estímulo a la vida académica, sobre la base de la superación, la iniciativa y la productividad académicas, con el objetivo de retener al personal y garantizar sus posibilidades de desarrollo.

Ante la creciente competitividad de las instituciones de educación superior privadas, especialmente en lo referente a la remuneración de sus académicos, situación que también se presenta en otras instituciones y empresas que hacen uso del trabajo profesional de alta calificación, es imprescindible e impostergable, como lo señaló el Rector general que la UAM organice los mecanismos efectivos para promover y retener a su personal académico.

La definición de estos mecanismos deberá tener como base una evaluación permanente de las características del mercado profesional, particularmente en la zona metropolitana, a fin de establecer un sistema eficaz de estímulos.

2. Desarrollo o establecimiento en su caso de mecanismos que promuevan y regulen la carrera académica, con la finalidad de contar con un sistema permanente de formación de recursos humanos para fortalecimiento de la Universidad.

Al respecto, se tendrá al más breve plazo un Catálogo de personal académico, a partir del cual se puedan definir con precisión necesidades inmediatas de las áreas académicas, recursos existentes y planes específicos de consolidación y superación.

En este terreno la UAM-A podría contribuir, a través de convenios específicos, en la formación de profesores e investigadores de nivel para otras instituciones públicas del país.

3. Redefinición y fortalecimiento de los vínculos universitarios de la sociedad. Reconociendo que la crisis y las nuevas condiciones de desarrollo nacionales han puesto en entredicho las concepciones y formas tradicionales en que se establecían los nexos de las instituciones de educación superior con su entorno, surgiendo nuevas exigencias de la sociedad respecto a las funciones universitarias, es importante replantear las políticas de vinculación Universidad-Sociedad sobre la base de dos criterios centrales.

a) la participación crítica y propositiva de la Universidad en las estrategias de modernización y desarrollo nacionales, especialmente en lo referente al fortalecimiento de la creatividad y productividad autónomas de la sociedad. Esta orientación reconoce la necesidad de multiplicar los programas de investigación y de formación de recursos humanos patrocinados por entidades productivas, tanto del sector público como del privado.

b) la colaboración de la Universidad en la solución inmediata de problemas críticos que afectan la vida de la colectividad, tanto de orden económico, social y cultural. Al respecto, parece conveniente poner el acento en las aportaciones que el trabajo universitario puede hacer al mejoramiento de la calidad de la vida de la población.

4. Redefinir, dentro de los marcos normativos actuales, mejores formas y procedimientos para la organización y apoyo de la investigación y para la evaluación y difusión de sus resultados.

Esta política, además de permitirnos encarar los efectos de debilitamiento que la crisis ha provocado sobre la investigación (y sobre los equilibrios necesarios entre ésta y la docencia), permitirá generar estructuras más flexibles y operativas que faciliten la canalización de incentivos y apoyos a los nuevos proyectos y grupos de trabajo que surjan en las distintas disciplinas y profesiones.

La reconsideración de los modos como concebimos la organización del trabajo de investigación, debe alentar también formas diversas de colaboración en proyectos y programas de trabajo comunes entre divisiones, unidades y eventualmente entre instituciones.

5. Desarrollar una política de posgrado que, sin desatender las iniciativas que planteen las divisiones para la consolidación de las maestrías existentes o la creación de nuevos programas de este tipo, incida preferentemente en la promoción de diplomados y cursos de especialización de nivel poslicenciatura.

Una orientación de esta naturaleza permite que la Universidad explore nuevas formas de desarrollo de la docencia de posgrado que tendrían como consecuencia algunas ventajas como las siguientes:

-Propiciaría espacios para la renovación académica, generando reagrupamientos docentes con finalidades disciplinarias o profesionales específicas.

-Incidirá en el fortalecimiento de la licenciatura al concebir programas de especialización que tendrían como base el fortalecimiento de las áreas de concentración y su extensión a niveles de poslicenciatura.

-Desarrollaría las posibilidades de articulación académica de la Unidad en los objetivos de formación y capacitación, si estos programas, además, concitan la vinculación entre departamentos, divisiones, unidades y, posiblemente instituciones diferentes.

-Ampliar las capacidades institucionales de atraerse recursos adicionales por el establecimiento de programas cuya naturaleza tiene gran aceptación en el mercado educativo.

La política para el posgrado que se propone, toma en cuenta precisamente las nuevas dimensiones de la relación entre la Universidad y su entorno, abonando el terreno para una mayor vinculación de la institución con el medio a partir de las necesidades de formación y capacitación. Estas modalidades de servicio, se sabe, generar también demandas en otros ámbitos de la actividad universitaria como la investigación tecnológica.

6. Ofrecer incentivos para realizar innovaciones en la docencia, tanto en programas como en métodos y material didáctico.

Las tareas de innovación en el terreno de la docencia pueden ser la base de la revaloración integral de una función universitaria sustantiva en la que nuestra Unidad ha mostrado particularmente una gran eficiencia y calidad. La actividad organizada y sistemática en esta área del trabajo universitario, acompañada de condiciones y estímulos institucionales apropiados, propiciaría la formación de grupos de trabajo colectivo y una consecuencia dinámica de actualización y modernización de las carreras que se ofrecen, así como la creación de nuevas opciones profesionales. Por lo demás, nuestra Universidad deberá tomar en cuenta, dentro de sus tareas de innovación docente, los nuevos recursos pedagógicos y sus derivaciones en tecnologías didácticas cada vez más complejas y eficaces. En este campo, la UAM-A ha logrado experiencias significativas que debemos potenciar al máximo.

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