<Página anterior - Indice - Página siguiente>
INVESTIGACIÓN
Con el propósito de buscar una discusión más especializada de los temas que se están tratando al interior de las áreas, el Tercer Congreso de Investigación, que constituye el recuento y la evaluación anual de esta función universitaria en nuestra Unidad, adoptó una modalidad distinta a la de los años inmediatos anteriores; se hizo en diferentes fechas y con programas específicos de cada una de las divisiones.
La apreciación general de la suma del trabajo de investigación, nuevamente, resulta satisfactoria si se mide en función de los recursos que tiene asignados en el presupuesto anual, y modesta si se compara con sus propios planes y pretensiones.
El crecimiento de investigaciones terminadas en 1989 fue superior al 200% con relación al año anterior. Esto implicó un esfuerzo significativo de las tres divisiones por llevar los compromisos a su término y no mantener indefinidamente proyectos abiertos. Tanto CyAD como CSH tuvieron un crecimiento notable: La primera pasó de diez investigaciones terminadas en 1988. a 23 en 1989; la segunda, de 24 terminadas en 1988 ascendió a 42 en 1989. En Ciencias Biológicas y de la Salud el número tuvo un ligero descenso, de 24 a 23.
La explicación de los significativos incrementos en la productividad puede encontrarse, por una parte, en la elevación del nivel académico de los investigadores al obtener nuevos grados académicos; esfuerzo que se vio apoyado por las becas y los estímulos específicos que acordó la Universidad el año inmediato anterior.
Por otra parte, en lo que a infraestructura física, equipo de cómputo , de laboratorios y talleres se refiere, estamos mucho mejor dotados para hacer investigación de lo que estábamos en años anteriores.
Un tercer elemento que ha impulsado los logros en la investigación es el incremento de los programas de posgrado. Cada nuevo posgrado significa la consolidación de un campo de investigación y en la medida que hay más programas tenemos más grupos fortalecidos para orientar la investigación de otros profesores de la propia Universidad, que frecuentemente participan en estos programas.
Así la intención de integrar las funciones universitarias avanza y podemos afirmar que vamos cerrando el círculo. Los efectos de este proceso se apreciarán mejor en los próximos años, conforme siga en aumento el número de profesores con capacidad para investigar, se multipliquen los productos de la investigación, aumente también el reconocimiento externo y con éste, el apoyo indispensable para que pueda expandirse.
Como resultado concreto de los proyectos de investigación de CBS, y entre otras valiosas conclusiones, las profesoras Beatriz García y Mariza Cabeza obtuvieron la patente sobre un nuevo medicamento para combatir el acné, elaborado a base de una hormona sintética, y actualmente se encuentran en trámite dos patentes más, de dos procesos químicos, uno de producción de sulfatos de bario farmacéutico y otro para la extracción de sulfatos de bario farmacéutico y otro para la extracción y purificación de ácido algínico y sus sales a partir de algas, realizados por Marina Altagracia, María de Lourdes Garzón y Jaime Kravzov. Este es el tipo de productos que es preciso multiplicar.
Es interesante ver que ha crecido el número de proyectos en proceso a pesar de que fue significativa la proporción de los terminados. Esto corrobora que es amplía la actividad de investigación y que la falla, por lo menos en productividad, no está del lado de los profesores. Las cifras indican que no hemos logrado que los apoyos correspondan con ese esfuerzo. Debemos buscar canales para que esa actividad cuente con mejores apoyos, más recursos, más facilidades, más equipo.
Salta a la vista que en cuanto a investigaciones que se realizan con recursos de la propia Universidad, el ritmo de avance es notable y la producción crece significativamente. Sin embargo, por lo que se refiere a las patrocinadas con recursos externos hay que reconocer que hemos tenido un decremento que constituye un problema serio.
Quisiera suponer que en buena medida se debe a que las instituciones nacionales, particularmente la SEP y la CONACYT, han disminuido sus apoyos por razón de los recursos que tuvieron, que en los dos últimos años han sido muy reducidos.
Sin embargo, ante la clara política de disminución de subsidios directos para la investigación, la reducción del número de investigaciones apoyadas externamente nos obliga a hacer una revisión cuidadosa para comprender lo que está pasando, identificar nuestros errores y corregir la limitada promoción que hasta ahora hemos sido capaces de hacer en la Unidad mediante el reforzamiento de las instancias que se dedican a obtener este tipo de apoyo y del interés por parte de los órganos personales para promover y apoyar más el esfuerzo de los investigadores. Tenemos que organizar con imaginación una campaña para conseguir más recursos; tocar más puertas, abrir más espacios hacia el exterior. Me refiero a otros países, a fundaciones nacionales e internacionales y sobre todo hacia los sectores productivos, con quienes nuestra relación es incipiente.
Un buen ejemplo en este sentido lo constituye el proyecto de crecimiento urbano en el valle de Chalco.
Nuestra Unidad estableció un convenio con el Instituto de Investigaciones Científicas para el Desarrollo de Francia (Orstom), con el interés de realizar una investigación interdisciplinaria del complejo fenómeno que ocurre en esta zona de expansión metropolitana. La forma operativa adoptada constituye un modelo nuevo para proyectos interdivisionales e interinstitucionales.
Chalco es un proyecto en que participan las tres divisiones. Prototipo que la Universidad debiera apoyar. Además de tratarse de un proyecto interdivisional, que atiende a un problema social muy relevante, está cerca del campus universitario, es multidimensional, está planteado en colaboración con una institución extranjera y tiene un amplio apoyo de recursos. En este proyecto, además, está prevista la posible participación del Instituto de Ingeniería de la UNAM, otras instituciones nacionales así como de Italia y Escocia.
En el año anterior la UAM-Xochimilco obtuvo un reconocimiento patente en el Sistema Nacional de Investigadores mediante la incorporación de trece miembros de nuestra comunidad.
De los investigadores que ingresaron al Sistema por primera vez, dos son considerados como candidatos a investigador y ocho como investigadores nacionales. Hubo, además, tres que fueron reconsiderados, los que se suman a otros diez que ya pertenecían al SIN, uno de membresías reciente y nueve reconsiderados en dos períodos trienales, a partir de su ingreso en 1984.
Este logro lo explican varios factores, en primer término, el esfuerzo de los profesores por incrementar su producción académica, aportar la documentación que acreditaba su capacidad y su conocimiento; además, el apoyo y promoción de la Unidad que impulsó el registro de estos académicos-investigadores.
De esta manera elevamos a más del doble el número de miembros de la Unidad en el SIN. L o importante de esta experiencia es que se rompió una especie de barrera donde había mucho de subjetivo, Xochimilco no está vetado en el SIN, hay sensibilidad para entender el tipo de investigación que hacemos, tenemos la calidad de los investigadores y está abierta la posibilidad de que se incorporen más.
A pesar de que la presencia de los académicos de Xochimilco aumentó más del 10%, el total de investigadores de la Unidad en el SIN sigue siendo reducido.
Una vez que hemos demostrado que es posible obtener esta membresías, que significa un reconocimiento y un apoyo, lo que debemos hacer es aprovechar la apertura de criterio para presentar más candidaturas. Seguramente tendrán buenas posibilidades de incorporarse.