<Página anterior - Indice -Página siguiente>

Investigación

Si medimos los resultados en materia de investigación durante el año contra las múltiples carencias, lo que se consiguió es mucho; si lo medimos en términos de avance en el conocimiento, todavía es muy poco.

Es preciso referir los problemas que mayormente afectaron la investigación en 1988, más que como un diagnóstico, como ejemplo y punto de partida de algo que puede ser materia de discusión para plantear soluciones: Nuestros problemas más trascendentes, en la medida que afectan a la base misma –los investigadores- son de varios tipos:

Persiste el problema salarial y continúan sus efectos.

Muchos profesores no pueden dedicar su tiempo completo a la Universidad. Por ende, no pueden concentrar sus intereses, tener un clima de tranquilidad y un ambiente intelectual productivo. Por esta causa, durante 1988, varios titulares C, profesores valiosos e investigadores nacionales se fueron del a UAM-X o por lo menos pidieron permiso para separarse durante un tiempo.

Esta circunstancia produce una sangría para una Universidad que nació sin cepa de investigadores –hecho que debemos reconocer sin complejos y sin que implique culpas-. Si bien hay casos ejemplares de investigadores muy relevantes que se integraron a Xochimilco y todavía están aquí, la verdad es que en el arranque no había una concepción clara de investigación en la Unidad y que carecimos de un grupo que generara una tradición investigadora. La que tenemos es producto del esfuerzo y del tiempo. Reconozcamos que se trata de un valor que cuesta trabajo formar, tiene un alto costo económico y que consolidarlo requiere un tiempo considerable.

Otro hecho evidente es que decreció nuestra planta de investigadores nacionales. Durante 1988 se solicitaron once inscripciones al SIN y solamente prosperó una, por tanto, en este momento la Unidad tiene –sin contar a quienes disfrutan de sabático, de algún permiso o se han ido- once investigadores nacionales. El bajo número incorporado al SIN es preocupante porque varios de los investigadores previamente inscritos no fueron confirmados en 1988, según las reglas, por no tener producción reciente, no aportar nuevas ideas, carecer de participación suficiente o, a juicio del jurado del SIN, por problemas de calidad. Son hechos que hay que ver con cuidado, no se pueden pasar por alto y es preciso enfrentar sistemáticamente.

Si con estos indicadores pretendiera medirse la calidad de la investigación en la Unidad, obviamente estaríamos mal calificados. No hemos logrado remontar este problema a pesar de diversos intentos por dialogar o buscar la reconsideración de los criterios del SNI. En nuestra opinión, persiste una forma distinta de evaluar la calidad de la investigación.

Sin embargo, no podemos atribuir a estas diferencias de criterio toda la explicación del bajo registro. La verdad es que hubo pocas solicitudes de parte nuestra; en algunos casos, mal presentadas, documentadas insuficientemente y algunas tal vez, fuera de la debida oportunidad. Hay que reconocer también que falló la producción. A ello se debe que no hayan ratificado a investigadores que ya estaban inscritos. También hubo casos con problemas personales o de salud, que afectaron el ritmo de producción.

Sin embargo, debemos sistematizar, organizar e impulsar el esfuerzo en la Unidad, de modo que no dejemos sólo al interés personal del investigador la promoción de su solicitud al Sistema. Una de las metas para 19989 es contar con un programa divisional que establezca requisitos, seleccione a la mejor gente, la estimule y apoye, para que obtengamos mayor presencia en el SIN.

Durante 1988 nos afectó muy fuertemente la reconstrucción de los espacios físicos de la Unidad. Con frecuencia vimos a los investigadores del área de Ciencias Biológicas y de la Salud sufrir la interferencia de redes de servicio, la inhabilitación de laboratorios por ruido, polvo y vibraciones. Tales causas repercutieron en la producción, no sólo con impedimentos al uso de laboratorios, sino por su efecto sobre el ánimo de los investigadores.

1988 fue también el peor año en financiamiento a la investigación por parte de Conacyt y de fondos extranjeros. En términos absolutos, la SEP aprobó más recursos que el año pasado, sin embargo, la totalidad de recursos disponibles fue menor y limitó las posibilidades de desarrollo de la Universidad.

El año anterior se estableció un sistema de seguimiento de convenios de investigación con patrocinio a partir del cual la Unidad dispone de información actualizada sobre los recursos aplicables a cada proyecto. Así se inició una depuración de saldos sobre proyectos rezagados desde 1984. El nuevo sistema, que funciona gracias a la colaboración de los investigadores, significó un incremento de más del 200 por ciento del fondo fijo y consecuentemente, una operatividad mayor.

La investigación es el área en donde el tiempo es uno de los factores que más cuenta: no se puede improvisar: para formar cuadros requerimos infraestructura, espacios, buenos salarios. No se puede esperar que haya investigación de calidad sin tales elementos.

No podemos dejar que la inercia vaya resolviendo la formación de investigadores; impulsaremos, por tanto, un programa formal, con supervisión, apoyo y esfuerzo para integrar esta planta básica, sin la cual no habrá investigación en la Unidad. Y aparte, multiplicaremos los esfuerzos para obtener mayores recursos y reforzar los proyectos que han probado calidad, capacidad productiva, aunque hayan carecido del apoyo necesario.

A pesar de que no sea fácil obtener recursos, una de las metas de la Rectoría en ’89 será buscar mayor información y contacto con instituciones que apoyan la investigación, con personal especializado y dedicado en forma exclusiva a esta función.

Para hablar también de lo que equilibra el panorama, vale la pena referir los avances en el campo de la investigación en Xochimilco, que no son muchos y debemos destacarlos para enfatizar el camino de salida. En este sentido he mencionado ya la sanción del Reglamento de Becas por parte del Colegio Académico y el Programa de Superación de Académica.

El Reglamento obliga a la Universidad a becar a sus profesores y prevé el porcentaje de docentes que deberá recibir apoyo para mejorar su formación y obtener postgrados en sus distintas especialidades.

Un valor adicional del Reglamento es que confiere a los consejos divisionales la facultad de determinar los campos prioritarios para la formación de profesores, en función de los planes y programas académicos y de las carencias de información y conocimiento que cada División detecte, lo que permitirá establecer un sólido programa de formación de investigadores.

En el mes de noviembre se llevó a efecto el II Congreso de Investigación de la Unidad. Con el fin de garantizar la afluencia de temas y la selección de los proyectos más relevantes, los trabajos del II Congreso se organizaron con colaboración directa de los departamentos académicos a través de una comisión, formada por un jefe de departamento de cada División y la Coordinación de Extensión Universitaria. La evaluación en proceso de este esfuerzo determinará la pertinencia de continuar en 1989.

Reuniones internacionales, actividades de intercambio, publicaciones, convenios y la presencia de profesores extranjeros constituyeron un refuerzo importante para la investigación durante el año.

Gracias a agestiones de la Rectoría General en 1988 contamos con recursos adicionales para la compra de equipo de investigación. Este apoyo permitió, si no resolver todas nuestras necesidades, si tener una infraestructura digna y evitar la obsolescencia del equipo.

Identifiquemos áreas de investigación que trabajan satisfactoriamente, con programas y propósitos muy definidos. Son las áreas donde se concentran los proyectos importantes, han logrado apoyo externo y recursos, aunque no podamos generalizar esta afirmación para toda la unidad. En otras persiste una definición grande; predomina el interés individual sobre los proyectos y no hay, en cambio, una dinámica de desarrollo a profundidad.

En síntesis, estimo que hemos hecho un buen esfuerzo aunque el trabajo de las áreas no esté suficientemente definido y falte revisar –éste es un compromiso del Consejo- las evaluaciones divisionales para reestructurar áreas, establecer prioridades y convalidar los proyectos de investigación.

Nexos entre investigación, docencia y servicio

El antiguo propósito de ligar la investigación con la docencia y el servicio sigue vigente, nada nos prueba su invalidez o inutilidad, por tanto, sigue siendo un objetivo de la Unidad.

Desgraciadamente no hemos sido capaces de organizarnos de tal forma que esta disposición constituya la tónica general. El nexo existe, no hay duda; algunos módulos realmente ligan docencia e investigación y hay docentes empeñados en un esfuerzo de relación y búsqueda, pero no podemos afirmar que en todos los módulos haya un nexo sólido ni que sean funciones que se apoyen, se potencien y enriquezcan mutuamente.

Este nexo sigue siendo más bien la excepción que la regla y como ocurre con la investigación en general, es un propósito sin solución de corto plazo, lo que no es razón para anticipar fracasos o descartar el objetivo; el hecho de que no lo hayamos logrado no invalida; simplemente exige más tiempo, organización y compromiso, Hay que pensar en nuevos caminos para avanzar con la convicción de que es un objetivo de largo plazo que implica un gran esfuerzo cotidiano.

Que los resultados no se vean pronto es lo que más nos dificulta las metas. Estamos acostumbrados a ver resultados inmediatos; a tener reconocimientos y estímulos para avanzar con mayor satisfacción y seguridad, y la verdad es que ante todo proyecto de mediano y largo plazo, si de veras pretendemos metas ambiciosas aunque se expresen sencillamente, necesitamos mayor paciencia y disciplina. Los resultados menores aparecen pronto, pero las metas son difíciles de alcanzar.

<Página anterior - Indice -Página siguiente>