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6. GESTION ACADEMICA
Una institución que promueve un modelo alternativo para la educación superior, mediante la búsqueda y experimentación de nuevas formas de organización de la investigación y diferentes modelos de enseñanza aprendizaje, apoyándose en soluciones derivadas de la participación en la toma de decisiones de los universitarios, dentro de su estructura de gobierno, eso es la Universidad Autónoma Metropolitana.
Es cierto que aún existen problemas de estructura, de organización y de funcionamiento a resolver, pero esto no debe obviar los logros alcanzados en el desarrollo de actividades académicas, a todos los niveles.
A pesar del crecimiento constante, los órganos personales y colegiados continúan profundizando en el análisis de lo que debemos ser y la mejor manera de alcanzarlo. Así se ha entendido que las funciones administrativas y académico-administrativas deben corresponder invariablemente a las necesidades de la academia.
Como se mencionaba en el capítulo de investigación, es esta función el eje alrededor del cual deben girar las demás. Para ello, se requiere reforzar el esquema departamental que establece la Ley Orgánica, con el pleno convencimiento de sus ventajas y el interés de mantenerlo acorde a las necesidades de crecimiento, determinadas por las circunstancias socioeconómicas del país.
Propiciar la generación de proyectos de investigación, con un sustento de atención directa ha sido motivo de especial preocupación de la administración durante el último cuatrienio. La promoción y el apoyo a las tareas académicas, en especial a las de investigación, ha permitido consolidar a la Institución y destacar su labor en diversos ámbitos de la comunidad científica.
Es evidente que la principal producción de investigación proviene de los grupos constituidos y de investigadores formados, en ambos casos previamente a su incorporación a la Universidad. Pero, también es cierto que se están llevando a cabo acciones encaminadas a la formación de recursos humanos para la investigación y la docencia, a la vez que se crean mejores espacios de trabajo que permiten aumentar la participación y creatividad del personal académico.
El esfuerzo que se hace para incrementar la publicación de nuestros libros de texto, deberá continuar en aumento en los próximos años, estimando mayores recursos financieros dentro de la situación económica que se tiene. Esto no sólo servirá como salida del quehacer académico sino también permitirá mejorar la calidad de la docencia, al contar con instrumentos didácticos acordes con los planes y programas de estudio y con el perfil de los profesionales que se desea formar.
Formular lo primeros planes de desarrollo institucional a través de una planeación participativa de la comunidad y de las diversas instancias de la estructura universitaria, con la colaboración interunidades, es algo que se inicia y deber continuar con el esfuerzo de todos para dar solución a problemas comunes.
La situación económica de México no permite contar con los recursos necesarios para satisfacer todas las necesidades y no se percibe cambio fundamental al respecto. Ante esto, e independientemente de que la Universidad demande el crecimiento real de los subsidios que se le otorgan, se tendrá que seguir mejorando el uso de los recursos existentes y seguir negociando nuevas fuentes de financiamiento.
A manera de ejemplo y sin pretender detallar los recursos adicionales destinados a apoyar las funciones académicas y la formación de profesores, se puede decir que durante el periodo que se informa las aportaciones externas recibidas, independientes del subsidio del Gobierno Federal, fueron por un monto aproximado de 870.5 millones de pesos. Es decir, un 4.705 por ciento de incremento en comparación con los 18.5 millones registrados por este concepto entre 1975 y 1980.
El desglose general de los ingresos provenientes de convenios, apoyo económico y, a partir de 1984, del Programa Nacional para la Educación Superior, es el siguiente en miles de pesos:
1981 |
1982 |
1983 |
1984 |
1985 |
Total |
|
Convenios | ||||||
CONACYT | 6,704 |
10,570 |
32,977 |
27,112 |
198,529 |
275,892 |
Otros | 6,564 |
8,899 |
14,853 |
29,529 |
---------- |
59,845 |
Apoyos Económicos | ||||||
CONACYT | 608 |
532 |
767 |
7,206 |
10,939 |
20,049 |
Otros | 80 |
--------- |
--------- |
174 |
17,852 |
18,106 |
PRONAES | --------- |
--------- |
--------- |
194,699 |
302,654 |
497,353 |
TOTAL | 13,953 |
20,001 |
48,597 |
258,720 |
529,974 |
871,245 |
Estas cifras muestran un crecimiento en la obtención de recursos de financiamiento gestionados por las Unidades o directamente por la Rectoría General. Como fuente de información adicional, se puede consultar el Catálogo de Investigaciones, que registra a detalle los proyectos a que se aplican directamente.
Tarea ineludible es la de continuar estableciendo convenios de intercambio académico y contratos para desarrollar investigaciones patrocinadas, lo que permitirá continuar desarrollando actividades previstas en los planes y programas académicos.
Cabe reiterar que todo compromiso de intercambio establecido durante la gestión que concluye, tuvo como premisas que: comprendiera proyectos de interés académico; fuera de beneficio para los universitarios, y en último término lograr recursos para su desarrollo.
La Dirección de Desarrollo Académico e Investigación y, desde octubre de 1985, la Dirección de Planeación y Desarrollo Institucional, coordinaron con las Unidades el establecimiento y el control de convenios de contenido académico y contratos de servicio con organismos y dependencias del Sector Público y del Sector Privado, así como con instituciones nacionales y extranjeras de educación superior.
Este tipo de obligaciones favorece la captación de recursos humanos, financieros y materiales, en apoyo a las actividades tendientes al logro de los objetivos institucionales, con un intercambio paralelo de conocimientos y experiencias. Se tiene la oportunidad de recibir a profesionales que colaboran en proyectos de investigación y docencia, preparando simultáneamente a nuestros profesores.
Como resultado directo de este tipo de acciones, los miembros del personal académico realizan cursos de postgrado o prestan asesoría en su especialidad.
Existen en las Unidades diversos programas de formación de profesores, pero es necesario un plan institucional orientado a satisfacer las necesidades de personal de alto nivel, capacitado para dirigir grupos de investigación, coadyuvar a la adecuación permanente de los planes y programas de estudio y a la preparación de nuevos investigadores.