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COLEGIO ACADEMICO

Las actividades de preparar y presidir el Colegio Académico demandaron buena parte del tiempo de la Rectoría. Tanto la cantidad de sesiones como lo intenso de la mayor parte de ellas requirieron grandes esfuerzos de concertación, paciencia y tolerancia. Los resultados alcanzados justifican el tiempo invertido y dan sentido a las frecuentemente largas y en ocasiones angustiosas discusiones.

En el periodo comprendido del primero de diciembre de 1985 a la fecha, se llevaron a cabo 35 sesiones del Colegio Académico, casi tres por trimestre, en las que se tomaron más de 340 acuerdos.

La función legislativa del Colegio continuó hasta cubrir prácticamente toda la gama de legislación que requiere la Universidad. En efecto, se aprobaron los reglamentos de "revalidación, establecimiento de equivalencias y acreditación de estudios", el de "becas para el personal académico" y el de "servicio social". Se modificó el RIPPPA para incluir el "estímulo a la docencia y a la investigación". Se terminaron los proyectos de "planeación" y "presupuesto" y la modificación al de "estudios de posgrado" y actualmente se está trabajando en el del Patronato. Además el Colegio emitió los "lineamientos generales para determinar el número máximo de alumnos para cada una de las Unidades". En fecha reciente se aprobó la modificación al documento de Políticas Generales. Una tarea importante que resta por hacer, una vez aprobados los reglamentos pendientes, es la de revisar toda la reglamentación para hacerla más compacta, eliminar repeticiones e incongruencias y diseñar una guía para hacer más ágil la consulta.

La discusión abierta, respetuosa, plural de todo lo que atañe a la vida universitaria es ya una tradición y una "forma de ser" de nuestro Colegio Académico. La responsabilidad de los miembros que componen este cuerpo y el respeto a la legislación, han permitido tomar acuerdos que han sido en beneficio de la Universidad. Nunca se rehuyó analizar un asunto planteado, siempre y cuando estuviera dentro de las competencias del Colegio. Jamás se coartó la libertad de expresión y se concedió el tiempo suficiente para su análisis. Conservar este clima de libertad en el Colegio es una garantía de que la responsabilidad personal en la toma de decisiones sobre el futuro de la Universidad privará sobre cualquier otro interés.

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