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Preservación y difusión de la cultura

Considerando las expectativas de nuestra sociedad, la UAM tiene una función decisiva que cumplir en materia cultural. Somos un polo cultural. Como institución central del saber, nuestra Universidad participa, de manera fundamental, en la interpretación del mundo y en su transformación. En esencia somos una empresa cultural, un empeño ordenado por comprendernos a partir de nuestra propia mirada y reconociendo la de los otros. Nuestra Institución crea, produce y desarrolla bienes culturales específicos, como resultado de sus propias actividades. No obstante, la Universidad, vertebrada en la creación y la difusión del pensamiento científico y humanístico, se interesa además por otras formas de conocimiento que conforman el capital intelectual de nuestra civilización. Y esto resulta determinante para el proyecto educativo de la UAM.

La cultura, en el ámbito de una Universidad como la UAM, está abierta a diversas tradiciones, es por naturaleza plural y crítica, y se enriquece con las realizaciones estéticas nacionales e internacionales, se encuentra siempre atenta a nuevas formas expresivas, y a la vez interesada en la conservación y difusión de las manifestaciones creativas e intelectuales que constituyen parte de nuestra tradición y que configuran la sensibilidad de la comunidad más amplia en que se inscribe la Universidad. El rasgo distintivo de México y lo que hace que como nación destaque en la cultura global, reside en su pluralidad y riqueza.

La vitalidad de la cultura en México depende de la existencia de esta diversidad, evitando que una institución, por poderosa que se presuma, se arrogue esta función vital de la sociedad. La orientación de la cultura es múltiple, y a ello han respondido las actividades de preservación y difusión de la UAM. No en términos meramente cuantitativos, a veces engañosos, tampoco en términos de volumen, sino de calidad y pertinencia. Jamás pretenderemos calificar a la cultura como un privilegio, sino como un valor y un mérito socialmente reconocibles. De tal manera que en la selección de los sujetos creativos y sus propuestas artísticas nos preocupa encontrar las realizaciones trascendentes, es decir las que expresen, a profundidad, las potencialidades de lo humano en sus aportes científicos, estéticos o éticos.

Una de las formas que la UAM dispone para reconocer las contribuciones de los creadores, científicos y pensadores de nuestro tiempo, ya sean compatriotas o extranjeros, consiste en el otorgamiento de la distinción del grado de Doctor Honoris Causa. Se trata de un procedimiento por medio del cual se enaltece a aquellos intelectuales, artistas o investigadores con los que la Institución se identifica, ya sea por el impacto directo que han provocado en ella o en sus cuerpos académicos, o porque en su trayectoria se reflejan los ideales que persigue la comunidad universitaria. En el año 2001 el Colegio Académico decidió otorgar esta distinción a Juan José Arreola, José Emilio Pacheco, Martín Luís Gutiérrez Martínez y Gillo Dorfles, quien recibió el nombramiento desde el 2000. Sin embargo, fue hasta el 2002, en el marco del IV Congreso Internacional de Literatura Latinoamericana. “El Problema de los Géneros al Filo del Nuevo Siglo”, cuando tuvo lugar esta importante ceremonia de carácter público.

Durante el año que se informa, la UAM realizó en cada Unidad y en la Rectoría General una gran diversidad de diplomados, cursos, coloquios, talleres, conferencias, presentaciones de libros y seminarios que expresan la vocación de consolidar una oferta cultural sustentada en la educación continua y en la difusión de las expresiones artísticas, intelectuales, científicas y tecnológicas.

En relación a las artes plásticas se montaron 36 exposiciones, en un intento por ofrecer una enorme pluralidad de miradas, de formas de configurar, representar y producir mundos. De ellas destacan las exposiciones Pintura veneciana. De Tiziano a Longhi en colaboración con el Museo Dolores Olmedo, y dos montajes dedicados al Corpus Urbanístico de México en España, en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes, contándose con la participación de la Embajada de España y el Ministerio de Cultura de ese país, mismas que han itinerado por distintas ciudades de México (Puebla, Tlaxcala, Campeche, Oaxaca). Además quisiera hacer mención especial de otras iniciativas, entre ellas Espacio plano: Conjuntos escultóricos de Manuel Marín, Básicamente Lápiz de Xavier Esqueda, Obra reciente de Irma Palacios, Ground Symmetry de Francisco Castro Leñero en Estados Unidos (Howard Scout Gallery en Nueva York y Chac Mol Gallery en Los Angeles) o el Homenaje a Ikko Tanaka.

En cuanto a artes escénicas sobresalieron el Aguila de dos cabezas de Jean Cocteau y Las sillas de Eugene Ionesco, ambas representaciones permiten a nuestra Institución colocarse como una alternativa de primera línea no sólo en el área metropolitana, sino en el país. Tomando en cuenta que en ellas se expresan dos valiosos ejemplos de lo que es el teatro moderno, y que se trata de traducciones y diseños de iluminación, vestuario, escenografía y música originales, además de que son empeños teatrales en coinversión con el CONACULTA, INBA, FONCA y la Secretaria de Cultura del Gobierno del Distrito Federal.

En torno a la producción editorial hemos mantenido el interés de fomentar la coedición de libros, pues la suma de esfuerzos nos permite ampliar el alcance de nuestras publicaciones, en México y el mundo. Muestra de ello son las publicaciones de El Acomodado Don Domingo de Don Blas. Segunda Parte, comedia inédita de Juan Ruiz de Alarcón coeditada con la prestigiada casa Reichenberg de Alemania, Diario de fatigas de Jan Hendrix, prologado por el Premio Nóbel de Literatura Seamos Heaney, con Turner de España, Artención y CONACULTA-FONCA, y Meditaciones Nietzscheanas de Georges Bataille en colaboración con la UNAM y CONACULTA-FONCA. Mención aparte merecen los Poemas sueltos de Carlos Martínez Rivas, obra inédita del destacado poeta nicaragüense ya fallecido.

Además de estas publicaciones, durante el año 2002 conservamos el interés por elaborar un gran número de catálogos y trípticos de las exposiciones artísticas. Continuamos con la tarea de consolidar la revista Casa del Tiempo, con el firme propósito de hacer de ella un producto de alta calidad académica e intelectual, en donde también los avances de investigación científica y humanística que se desarrolla en nuestra Universidad, encuentren el espacio de difusión necesario para retribuirle a la sociedad lo que es y lo que hace nuestra Institución.

Otro propósito concreto que hemos asumido con la intención de cumplir con nuestras tareas institucionales, ha sido el de la comunicación y difusión de los conocimientos científicos. Muestra de este compromiso fueron las más de 40 exposiciones que se exhibieron en los espacios del Sistema de Transporte Colectivo Metro. Nuestra participación como sede de la Novena Semana Nacional de Ciencia y Tecnología y también los trabajos de diseño y desarrollo del proyecto de Iztapalapa y la Asociación de Empresarios de Iztapalapa, cincuenta investigadores de las tres unidades de la UAM; proyecto de impacto metropolitano que concilia investigación, desarrollo museográfico, rescate ambiental y vinculación comunitaria.

El proyecto cultural UAM, por su amplitud de enfoques, disciplinas y tratamientos, así como por su intensidad, se despliega no sólo en los foros institucionales, sino en espacios y sedes foráneos, ya sean de provincia o del extranjero. Asimismo, debe subrayarse que un monto considerable de los recursos destinados a la difusión y la preservación de la cultura suponen y articulan la participación de las unidades académicas, sus divisiones y las coordinaciones de extensión universitaria.

Uno de los propósitos centrales de nuestra misión educativa consiste en su carácter integral que, partiendo de una sólida formación disciplinaria, incorpore una oferta significativa de actividades artísticas y culturales, además de la promoción de valores éticos y cívicos. En esta visión humanística también ocupa un lugar de relieve la recreación y el deporte.

Solo a manera de ilustración mencionaré algunos resultados que deberían ser motivo de amplio orgullo y reconocimiento institucional por ejemplo, el Subcampeonato obtenido en la Universidad Nacional, celebrada en Baja California, donde se obtuvieron 22 medallas, 9 de oro, 6 de plata y 7 de bronce, con la participación de únicamente 28 deportistas, superando la UAM a otras instituciones públicas y privadas de gran tradición, que cuentan con recursos considerables, y que, además, concurrieron con delegaciones numerosas. Lo que, sin duda, hace todavía más meritorios nuestros resultados.

Este éxito ratifica el buen desempeño logrado por nuestra Universidad en otros encuentros estatales, regionales y metropolitanos; destacando que, por tercer año consecutivo, la UAM obtuvo el campeonato de la Región VI del Consejo Nacional del Deporte Estudiantil (Condde) que integra a las instituciones de mayor matrícula del país y que, como nosotros, son de carácter federal.

Vale la pena estar conscientes de que nuestros representantes deportistas son estudiantes destacados, de muy altos y consistentes promedios, y que, siendo para ellos un reconocimiento el llevar el nombre de la UAM en las competencias donde participan, en ningún momento descuidan su desempeño académico y escolar. Sin lugar a dudas, este es un rasgo peculiar en el medio universitario del deporte que en mucho nos debe satisfacer.

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