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Investigación
Otra de nuestras tareas vitales es, desde luego, la investigación. Es verdad que una Universidad depende primordialmente de la vida que le otorgan sus alumnos, de sus intereses, de su desempeño. Sin embargo, la docencia que no esté respaldada por el trabajo de investigación pone en riesgo su futuro, ya que los conocimientos transmitidos resultarían ajenos a los nuevos descubrimientos, y, por si fuera poco, porque resultaría tarea en extremo difícil estimular en los alumnos el afán por conocer más, aportándoles las estrategias teóricas y metodológicas para conseguirlo.
Además de ello, la investigación tiene un valor importante por si mismo; por las posibilidades que ofrece a la sociedad para conocerse mejor, por su capacidad de atención a los problemas más urgentes que enfrentamos y porque nos permite reconocer que siempre es posible saber algo más.
En las tareas de investigación han sido notables los avances en varios ámbitos. La UAM mantiene el ritmo de trabajo para consolidar cada vez más sus equipos de investigación. Esto se hace visible en una infinita variedad de actividades en donde se exponen los avances de los conocimientos científicos que se cultivan en nuestra Universidad; a través, también, del diseño de grandes proyectos temáticos que vinculan las actividades de las tres unidades, de las divisiones y de los departamentos; en el establecimiento de programas de investigación que atienden los problemas que enfrenta nuestra sociedad; en las publicaciones de nuestra Universidad y en las contribuciones que nuestros miembros realizan en revistas nacionales e internacionales. Este amplio espectro nos muestra el impacto que la UAM tiene en la investigación científica que se cultiva en nuestro país.
Como todos los años, en el 2002, se otorgó el Premio a la Investigación a aquellos trabajos destacados por su talento creativo, inteligencia, imaginación, disciplina y por su relevancia disciplinaria. En Ciencias Básicas e Ingeniería, fue merecedor de esta distinción el trabajo Formation Mechanisms and Characterization of Black and White Cobalt Electrodeposition onto Stainless Steel, elaborado por los doctores Enrique Barrera Calva, Nikola Batina, Ignacio González Martínez y Manuel Eduardo Palomar Pardavé. En Ciencias Biológicas y de la Salud, el trabajo Sperm -Attracting Activity in Follicular Fluid Associated to an 8.6-kDa Protein realizado por el doctor Héctor Fernando Serrano, la maestra en Ciencias María Dolores García Suárez y el doctor J. Enrique Canchola Martínez. En Ciencias Sociales y Humanidades fue merecedor del Premio a la Investigación el trabajo de la doctora María del Rocío Guadarrama Olivera, Los empresarios norteños en la sociedad y la política del México moderno. Sonora (1929 - 1988).
Más allá de la importancia que para la investigación constituye el reconocimiento institucional, cada día resulta estratégico corroborar y convalidar la calidad de nuestro trabajo a través del reconocimiento que, nacional e internacionalmente, se hace de nosotros.
Por ello es relevante mencionar que durante el año 2002 el número de nuestros académicos incorporados al Sistema Nacional de Investigadores es mayor que nunca; de 481 investigadores de la UAM que eran miembros del SNI en el 2001, la cifra aumentó a 533. Tenemos que mantener este impulso y generar el respaldo institucional necesario para que en los años venideros este número siga aumentando.
Estas cifras son indicativas de la atención que la UAM ha puesto en el fortalecimiento de la investigación. Orientados por esta misma preocupación hemos redoblado nuestros esfuerzos por consolidar nuestros programas de postgrado. Y es que en ellos se cristaliza uno de los ejes más importantes del trabajo académico de la Institución, conjugando las exigencias de la investigación y la formación de recursos humanos altamente especializados, con objetivos definidos, en atención a las necesidades de desarrollo científico y profesionalización. Se trata de un recurso valioso para la formación del personal académico que, a corto y mediano plazo, requieren otras instituciones universitarias en México, precisamente ante la potencial demanda de un sector de la población en edad de recibir instrucción superior y de un aumento creciente de educación continua y actualización, así como de los requerimientos de aprendizaje permanente en todos los ramos laborales.
La UAM tiene en este sentido la responsabilidad de incrementar sus esfuerzos en dos direcciones, ampliando la oferta, situando los programas dentro del horizonte educativo nacional e internacional de estudios de postgrado, y mejorando la calidad de la enseñanza e investigación que en ellos se realiza, aportando logros concretos en el mejoramiento general del ambiente científico y profesional del país, en atención a las necesidades reales del sistema de Educación Superior Nacional.
El año pasado fue especialmente relevante para los postgrados de investigación científica, humanística y tecnológica de nuestro país. En octubre del 2001 se creó el Programa para el Fortalecimiento del Postgrado Nacional, diseñado por la Secretaria de Educación Pública y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, con la intención expresa de establecer mecanismos de apoyo. Dentro de este marco fueron definidas las reglas para la conformación del Padrón Nacional de Postgrados y los criterios que se seguirían para apoyar a los Programas Integrales de Fortalecimiento del Postgrado (PIFOP) formulados por cada institución.
Cabe señalar que desde que el CONACYT estableciera el Padrón de Programas de Postgrado se ha venido consolidando una cultura de la evaluación, permitiendo además de una racionalización de los recursos, un serio intento por reconocer la calidad de la enseñanza y las estrategias necesarias para fortalecerla. Estos esfuerzos son importantes porque fomentan la reflexión sistemática sobre nuestro propio trabajo, fortalecen la transparencia en la aplicación de recursos y promueven una distribución justa de los mismos. Sin embargo, la cultura de la evaluación todavía es joven. Esto repercute en todos los actores que participamos en ella, evaluadores y evaluados. De ahí que los resultados no sean aún lo suficientemente precisos, ciertos e inobjetables. Quizá porque no se cuenta con un balance adecuado entre los criterios cuantitativos y los cualitativos o, incluso, porque se carece de claridad suficiente en la definición de las reglas y en la explicación de los dictámenes respectivos.
Los resultados que nuestros programas de postgrado obtuvieron durante este proceso de evaluación, nos obligan a emprender acciones por lo menos en dos direcciones. Por un lado, hacer un ejercicio reflexivo, autocrítico y responsable, que nos permita detectar nuestras fortalezas y debilidades, oportunidades y riesgos. Por otro, participar activamente en la construcción de una cultura de la evaluación y la transparencia, tan importante para el fortalecimiento de nuestra sociedad. Esto implica impulsar trabajos de reflexión que puedan contribuir a crear un sistema de criterios más confiable y seguro, quizá más justo, encargado de fomentar la consolidación de los postgrados que hoy en día existen en nuestro país.
En cuanto a las actividades de investigación que realizamos en la UAM, debemos conservar el impulso con el que hemos venido trabajando. Para ello habremos de diseñar y establecer una política de financiamiento para proyectos relevantes, de largo plazo, que impulsen realmente la investigación científica que realizamos. La publicación, esto debe entenderse, no es equivalente a la investigación. Es necesario crear mecanismos que garanticen la realización de investigaciones significativas, y el desempeño más armónico entre los departamentos y las divisiones, eliminando desequilibrios internos, mediante mecanismos de apoyo para grupos de investigación, y que permitan aprovechar las oportunidades propias de nuevos campos de estudio.
Los órganos colegiados y personales de la Universidad, las instancias de apoyo, así como la comunidad académica en su conjunto, son la clave, en su acción responsable y compromiso con México, para afrontar los retos de la UAM, especialmente en la concepción y la instrumentación de estrategias para robustecer la investigación, consolidar los cuerpos académicos, y orientar este esfuerzo hacia el mejoramiento de los postgrados. Estas tareas representarán una contribución para la proyección de nuestro porvenir, a mediano y largo plazo.