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Docencia

Una de las tareas cruciales de nuestra vida institucional consiste en la docencia; ella ordena y regula las actividades sustantivas de la Universidad. Por ello merece nuestra máxima atención. Las Políticas Generales y Operacionales de Docencia se elaboraron en torno a esa preocupación, cada vez más imperativa, no sólo considerando la centralidad del alumno, sino la relación de éste con los profesores. Existe sin duda, el compromiso de los académicos hacia la enseñanza, pero también debe fortalecerse la de los alumnos respecto a la formación que reciben. En ese sentido, ha sido de principal importancia la realización efectiva de las disposiciones conducentes al mejoramiento de la docencia.

La figura de profesor investigador de nuestra Universidad, otorga a las tareas docentes su verdadera dimensión. Sin embargo, la tensión entre ambas actividades ha producido, en algunos casos, la concentración de trabajo en uno de sus polos en perjuicio del otro, distorsionando el equilibrio que idealmente debe existir entre ambos. Sin duda, al hacer investigación, los profesores se encuentran en mejores condiciones para transmitir los valores, las habilidades y actitudes de reflexión crítica, para propiciar los debates propios de la vida académica, así como para transmitir las exigencias éticas, la dedicación y el rigor en la producción de nuevos conocimientos sólo cuando se realiza investigación es posible difundir los contenidos del saber que se generan día con día. Nuestra potencia institucional se cifra en esta relación.

La docencia ha sido en los últimos años tema de reflexión tanto en México, como en Europa y los Estados Unidos, representando uno de los desafíos más importantes para la Universidad contemporánea. La UAM no ha sido la excepción, reconoce la importancia central de las relaciones de docencia en el espacio de la Universidad, además de asumir y enfrentar la problemática existente derivada de las exigencias imperantes de Educación Superior en el mundo. En este proceso han participado los órganos colegiados de la UAM, admitiendo los retos que representa y generando planteamientos constructivos para enfrentarlos de manera real, efectiva y óptima, dados los recursos disponibles en la Universidad.

Se han identificado exigencias básicas referidas a la aplicación de las Políticas Generales y Operacionales en Materia de Docencia. Considerando en primer término que los alumnos son el centro de nuestra atención, ofreciendo a la sociedad nuestro mejor esfuerzo para garantizar la calidad educativa que nuestros tiempos demandan. La educación que ofrece la UAM debe abrir y generar oportunidades que permitan la formación de profesionistas que aprendan el saber propio de sus disciplinas, participando simultáneamente de la comunión de los valores éticos e intelectuales propios de la vida académica. No podemos olvidar que es nuestro compromiso formar seres humanos íntegros, responsables, creativos, habilitados para seguir aprendiendo durante toda la vida, siendo a la vez capaces de valorar el compromiso que han adquirido con la sociedad que les ha permitido, como jóvenes privilegiados, recibir una Educación Superior en un país como el nuestro todavía marcado por las desigualdades y los rezagos.

La definición de esta serie de aspiraciones ha sido un importante logro, pero se trata solo del principio. En el año 2002 el esfuerzo ha consistido en crear y diseñar las estrategias concretas para llevar a cabo tan altas expectativas. El trabajo en cada Unidad ha sido intenso, vigoroso, y, desde luego, sumamente complejo. No es fácil, sin duda, diseñar un sistema de estrategias que mantenga el espíritu que oriente la vida docente de nuestra comunidad y que atienda al mismo tiempo las particularidades de cada Unidad, División o Departamento.

Ha sido por ello de gran trascendencia que, en días recientes, los consejos académicos de las unidades Azcapotzalco e Iztapalapa aprobaran sus Políticas Operativas en Materia de Docencia. De igual forma resulta crucial que el Plan de Desarrollo Institucional 2003- 2007, aprobado también hace poco por el Consejo Académico de la Unidad Xochimilco, diseñara un Programa Estratégico para el Fortalecimiento de la Docencia y de la Formación. Es preciso apuntar que estos documentos son producto de un análisis exhaustivo y riguroso, de un balance detallado de las capacidades y particularidades de cada Unidad. En estos tres esfuerzos se hace presente la preocupación por fortalecer decididamente la docencia que la UAM ofrece a la sociedad.

Estas nuevas estrategias son cruciales para el éxito de nuestro compromiso institucional, sobre todo si tomamos en cuenta las cifras de deserción, aprobación, egreso y titulación que presenta nuestro alumnado. En la medida en que estos datos señalan carencias presentes de tiempo atrás, estamos obligados a realizar un trabajo enérgico y decidido que involucre a todos los actores de nuestra comunidad.

Más aún si tomamos en cuenta que el contexto económico que atraviesa nuestro país ha repercutido de modo notorio en las expectativas que la sociedad, principalmente los jóvenes, han depositado en la Educación Superior. La UAM tiene en este sentido, un compromiso con México que debe atender con suma responsabilidad. Es preciso seguir orientando nuestro trabajo haciendo nuestro el ideal de garantizar una educación abierta a todo aquel que quiera tenerla, en donde nadie se quede al margen de la Educación Superior por sus condiciones socioeconómicas. La educación es un factor, debe serlo, que contribuye a disminuir la desigualdad de las sociedades. El compromiso por ofrecer una Educación Pública de calidad resulta imperativo.

Es por ello que desde el año 2001, la UAM decidió incorporarse al Programa Nacional de Becas (PRONABES) ofreciendo a 180 alumnos de escasos recursos un apoyo económico que les permitiera dedicar mayor tiempo a su formación, solventando, en la medida de lo posible, los gastos aunados a la vida del universitario. Sus resultados académicos nos estimularon a ampliar notablemente la oferta de este sistema de apoyo. Durante el año del 2002 decidimos alcanzar la cifra de 1000 alumnos favorecidos; con la intención de incidir de manera más clara en el aprovechamiento individual de los estudiantes, pero también, con la idea de fomentar la integración de grupos de trabajo más sólidos, mejorando así el desarrollo integral de nuestras tareas docentes. Ya es posible reconocer los beneficios de este sistema de apoyo, pues ha sido muy gratificante percibir que los alumnos que cuentan con esta beca han tenido un desempeño académico superior al esperado.

El diseño de estas acciones de apoyo a los estudiantes se sustenta en la forma particular que la UAM concibe las tareas docentes. Sabemos que el aprendizaje es un proceso en el que participan dos factores humanos. El maestro y los alumnos colaboran, cada quien atendiendo sus obligaciones, en la construcción del conocimiento. Por eso nos interesa cuidar y fortalecer a los actores que hacen posible que la UAM se conforme como una comunidad orientada al aprendizaje y al desarrollo de nuevos conocimientos.

Es por ello que la UAM otorga una serie de reconocimientos a aquellos profesores que han contribuido decididamente a crear un clima de formación académica y humana dentro y fuera de los salones de clase. La distinción de Profesor Distinguido es muestra de esta voluntad. En el año del 2002 el maestro Roberto Eibenschutz, la maestra Gloria Eugenia Torres Ramírez y el doctor Oscar Manuel González Cuevas, recibieron la distinción más señalada que otorga la Institución. Su trabajo es, sin duda, ejemplo para todos nosotros.

De igual forma, nuestra Casa abierta al tiempo ha establecido la tradición de reconocer anualmente a sus profesores. Durante el año que se informa se otorgó el Premio a la Docencia en la Unidad Azcapotzalco a Dante Alcántara García, Julio Flores Rodríguez, Miguel Pérez López, Héctor Cervini Iturre y Roberto Real de León. En la Unidad Iztapalapa a José Luís Córdova Frunz, Enrique Hernández Matos, Pablo Damián Matzumura, Carolina Müdespacher Ziehl, Raúl Conde Hernández y Enrique Hernández Laos. En la Unidad Xochimilco recibieron este reconocimiento Filiberto Fernández Reyes, Gustavo Sámano Iturria, Blanca Rebeca Ramírez Velázquez, María Teresa del Pando Alonso, Gisela Espinosa Damián, y Federico Novelo y Urdanivia.

Una de las preocupaciones más intensas de nuestra Institución ha sido la de consolidar una oferta educativa amplia, vigorosa, que permita a la sociedad hacerse de los profesionistas que requiere su desarrollo. Por tal motivo, hemos cuidado que nuestros planes y programas de estudio se actualicen y adecuen a las necesidades de nuestros tiempos. Durante el 2002 el Consejo Académico aprobó la modificación de 22 planes y/o programas de estudio de licenciatura y cuatro de postgrado. Además, con la intención de ampliar nuestra oferta, el Colegio Académico aprobó la creación de la licenciatura en Geografía Humana y el doctorado en Ciencias de la Salud Colectiva.

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