VII. PERSPECTIVAS.
Como es notorio en este informe son muchas las acciones emprendidas pero también son numerosos los retos. Advertimos tres líneas principales de desarrollo que habrán de guiar nuestras actividades en los próximos meses.
Iniciaremos un profundo trabajo de planeación que nos permita organizar y orientar las actividades de la Universidad de acuerdo a las prioridades y a los problemas que tiene la Institución.
Si bien la planeación deberá orientarse por el documento de Políticas Generales de la Universidad Autónoma Metropolitana, sus asuntos y temas específicos habrán de responder a las prioridades y a los problemas, que en el corto o mediano plazo pudieran afectar el sano desarrollo de la Institución. A lo largo de este informe he anotado algunos de los asuntos sobre los cuales me parece urgente iniciar las labores de planeación. Serán las instancias correspondientes las que establezcan la agenda de trabajo. Sólo con la participación efectiva de la comunidad lograremos traducir los planes en acciones y prácticas concretas. Por ello es importante que se dé un amplio y participativo proceso de planeación. De este modo nos prepararemos para hacer frente a los desafíos del futuro y construiremos una Institución más fuerte y sólida.
La consolidación de la carrera académica es otro aspecto que mantiene nuestra atención y al que deberemos dar nuevas respuestas en el transcurso de este año. Algunas líneas de acción han sido expuestas en este informe, pero es necesario que organicemos un acuerdo universitario más amplio para darle debida solución a este problema.
Finalmente, a los temas anteriores se agrega una cuestión que me parece fundamental: la promoción del postgrado. Tenemos la capacidad para concentrar los esfuerzos y recursos de la Universidad en el mismo. Convoco a la comunidad para que hagamos del año de 1991 el Año Universitario del Postgrado. Evaluemos nuestros estudios superiores, ejercitemos nuestra capacidad para generar nuevos programas, ampliemos la cobertura de nuestras becas de postgrado, concertemos recursos de la sociedad para financiar los programas, démosles direccionalidad a los mismos organizándolos en un sistema integral, establezcamos convenios para generar intercambios académicos que enriquezcan los cursos y, sobre todo, hagamos un esfuerzo para aumentar su calidad.
El compromiso de la Rectoría General será permanente con todas las acciones que se dirijan a apoyar y promover el postgrado en la Universidad Autónoma Metropolitana.
Si algo puede resumir los procesos de la Universidad Autónoma Metropolitana durante el año de 1990 es la apertura al cambio, el inicio de nuevos proyectos y la búsqueda de soluciones integrales. Las nuevas iniciativas requieren de una larga consolidación. El cambio en la Institución ha de seguir un ritmo pausado que nos permita reflexionar y actuar cuidadosamente. Los pequeños y grandes logros son producto de la capacidad de la comunidad universitaria para comprometerse y construir el futuro de la Universidad. Los invito a continuar esta gigantesca labor colectiva de construir la Universidad Pública que México necesita y merece.