<Página anterior - Indice - Página siguiente>

I. Sobre el estado de la Institución

A lo largo de 1998, la Universidad vivió situaciones complejas cuyo desenlace pone en evidencia la fortaleza de nuestra Institución y su capacidad para afrontar y resolver sus desafíos.

Los principales desafíos del año 1998, tienen su fundamento en las características de la Universidad y en la forma en que se realizan sus actividades. Es necesario reconocer que la problemática universitaria es el origen efectivo de los obstáculos de su desarrollo, y ahí se encuentra la fuente para atender las necesidades del presente y el futuro de nuestra casa de estudios.

Ciertamente es necesario observar la forma en que las condiciones externas, en especial el monto y ritmo del financiamiento, afectan la problemática institucional. Lo que pone en evidencia la extraordinaria vulnerabilidad de la Universidad ante las acciones de la sociedad y el Estado.

En el balance general, podemos reconocer que en un contexto de problemas y restricciones, nuestra vida académica tuvo la capacidad para mantener su desarrollo y alcanzar nuevos objetivos. Las tareas de docencia, de investigación y de difusión y preservación de la cultura se realizaron, en general, de acuerdo a lo programada. Ello expresa la fortaleza de la vida académica en la Universidad Autónoma Metropolitana.

A lo largo del año que se informa, los recursos de la Universidad para el desarrollo de sus actividades estuvieron sujetos a restricciones en su monto y en el ritmo de ministración para su ejercicio. Ello puso a prueba la capacidad de la Institución para realizar una rigurosa y ajustada gestión de los recursos. Fue necesario posponer proyectos y reprogramar muchas de las acciones.

De hecho, sólo en la medida en que seamos capaces de alcanzar mejores niveles de financiamiento, habremos de impulsar algunos de los proyectos pospuesto. En el balance general, es importante reconocer la fortaleza de la Institución para afrontar una situación de restricción y generar alternativas para su desarrollo.

La fortaleza de la Institución se nutre de una tradición de diálogo y colegialidad en los procesos de tomo de decisiones, que permite una amplia participación en la construcción de la Universidad. En el marco de la legislación, las formas institucionales garantizan procesos de participación y reflexión colectiva que colaboran en la formación de los consensos que permiten la renovación y la generación de iniciativas.

El año de 1998, fue un periodo de debates institucionales intensos, que expresen las diversas formas de vivir los valores académicos y las alternativas en el tratamiento de los problemas que caracterizan a nuestra comunidad universitaria. El hecho mismo de debatir, en los marcos institucionales, buscar consensos y construir propuestas, refleja la gran fuerza de la universidad. Fortaleza que ha de servir para responder al reto de transformarse y servir mejor a la sociedad.

<Página anterior - Indice - Página siguiente>