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IV. EL PERSONAL ACADEMICO Y SU PROFESIONALIZACION
El elemento crucial para el desarrollo efectivo de la investigación y la docencia de calidad es la profesionalización del personal académico. La profesionalización de la planta académica es un proceso complejo cuyas características dependen de las condiciones de cada disciplina. En general, consideramos que el eje de la profesionalización se encuentra en los estudios de posgrado ya que en ellos es posible encontrar programas de formación tanto de profesionistas como de investigadores, así como de docentes con una visión moderna y actual de su disciplina.
En los últimos dos años se han realizado esfuerzos significativos para promover la profesionalización de nuestro personal académico, a través del programa de becas para maestrías y doctorados de nuestra Institución, del establecimiento de convenios de intercambio académico con diversos Centros de Investigación e Instituciones de Educación Superior – nacionales y extranjeras – y a través de nuestros propios programas de posgrado. Cabe mencionar que a pesar de todos estos programas y los muy diversos convenios establecidos, la cobertura es aún limitada. Además, el programa de becas de la Universidad para cursar estudios de maestría y doctorado, enfrenta problemas de operación debido en parte, a la falta de una promoción vigorosa y a que éste no ofrece actualmente condiciones atractivas que incentiven al personal académico a involucrarse en los estudios de posgrado. Por esta razón, resulta importante llevar a cabo una revisión urgente de este programa buscando los elementos necesarios para incentivar, en las condiciones actuales de la Universidad, la carrera académica a través de la obtención de grados superiores a la licenciatura.
Este es un momento importante para planear el desarrollo de la planta académica de acuerdo a los objetivos sustantivos de la Unidad. En este sentido, la profesionalización de los profesores ha de orientarse por criterios académicos que nos permitan establecer niveles crecientes de calidad. Debemos encontrar fórmulas adecuadas que nos permitan orientar esta profesionalización a través de los estudios de posgrado, principalmente a nivel doctorado, creando los incentivos necesarios para lograr este objetivo y así avanzar en la consolidación plena del modelo de nuestra Universidad en el cual la figura del profesor – investigador es la base de su funcionamiento.
En el bienio 1990 – 1991 se avanzó en la consolidación de una planta de profesores de carrera. Según los datos que se presentan en los Anexos estadísticos, la Unidad contaba a finales de 1990 con un total de 1058 profesores concentrados por tiempo indeterminado para llevar a cabo sus funciones. De éstos, el 66.74% eran profesores – investigadores de tiempo completo, el 5.76% de medio tiempo y el 27.50% de tiempo parcial. Del total de los profesores – investigadores, el 32.51% ocupaba la categoría de titular, el 53.6% la de asociado y solo el 13.9% la de asistente. a finales de 1991, los profesores – investigadores contratados por tiempo indeterminado sumaban 1054. De éstos, el 69.73% son de tiempo completo, el 4.84% de medio tiempo y el 25.43% de tiempo parcial. Del total de los profesores el 35.96% ocupa la categoría de titular, el 53.32% la de asociado y el 10.72% la de asistente.