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CAPITULO V

Docencia

Los programas de docencia de la Universidad a cargo de las divisiones académicas constituyen, sin duda, la actividad más importante en términos de personal y de recursos asignados.

La conducción, coordinación y concertación de las actividades docentes y la interrelación de la Universidad con otras instancias, para estos efectos, ha ocurrido con el más estricto apego a los términos en que los estatutos de la Universidad definen las funciones de la Rectoría.

El tronco interdivisional conforma el primer módulo de todas las carreras. Cuantitativa y proporcionalmente hablando significa la doceava parte de la información que un estudiante recibe durante su carrera. Los estudiantes de primer ingreso representaron, durante 1986, el 17 por ciento de los alumnos de la Unidad (Cuadros 11 y 12). Sin embargo, por una desviación del planteamiento original, la conducción de este módulo se fu desplazando del interés y de la responsabilidad académica de las divisiones a tal punto que llegó a depender exclusivamente de la Rectoría, a pesar de que entre sus funciones no está la operación de la docencia.

Esta situación constituyó un problema complejo que resolveremos por aproximaciones sucesivas. En la primera de ellas ubicamos la responsabilidad donde corresponde. Para operar y administrar el módulo a partir del trimestre 87-I, lo primero fue nombrar, bajo la supervisión académica de las divisiones, una comisión integrada por un representante de cada división y un coordinador nombrado por la Rectoría.

En la segunda fase comenzamos a revisar el contenido mismo del tronco para mejorarlo, discutir su pertinencia en relación con las carreras; los objetivos que debe cumplir y la orientación que debe tener, con el propósito de ir superando cada concreación conforme ingresan nuevas generaciones.

Conforme ha avanzado el tiempo, los programas correspondientes a las distintas carreras, así como la estructura y los contenidos modulares, bibliografía, prácticas de campo, apoyos y demás medios, han sufrido modificaciones con la intención de corregir errores, actualizar conocimientos o lograr una mejor integración y equilibrio entre diversos módulos. Es indispensable que estas adecuaciones sean sometidas a los órganos colegiados correspondientes, en todos los casos, para contar con su sanción en los términos de la legislación vigente.

En el quinquenio 1981-1986 la oferta de formación profesional en nuestras instalaciones se ha establecido en la satisfacción de cerca de un 50 por ciento de los requerimientos de cada periodo de inscripciones. Esto indica que el comportamiento de la demanda de educación superior en la UAM-X tiende, aparentemente, a no presentar alteraciones significativas. (Cuadro 14).

La demanda de inscripciones a las carreras que ofrece la Unidad ha mantenido la tendencia observada en los últimos años. Se ha presentado en forma masiva para algunas carreras con cupo limitado y muy escasa para otras, innovadoras, que ofrece la Unidad y que cuentan con mejores pronósticos de empleo profesional para sus egresados. Hemos iniciado esfuerzos de difusión y orientación que nos permitan contar con una mejor adecuación de la demanda en lo futuro. (Cuadro 15).

La matrícula en las 17 licenciaturas, consecuentemente, se concentró en seis carreras. En el cuadro de la Población Estudiantil Total (número 12) se puede observar que de las 17 licenciaturas que ofrece la Unidad, estas carreras polarizaron el 50.8 por ciento de la población total en el trimestre 86-O: Psicología 9.6 por ciento; Medicina 8.7 por ciento; Administración 8.4 por ciento; Medicina Veterinaria y Zootecnia 8.4 por ciento; Ciencias de la Comunicación 8.1 por ciento y Química Farmacéutica Biológica 7.6 por ciento.

De 1984 a 1985 la población estudiantil presentó un incremento del 10 por ciento al pasar de 9 mil 325 a 10 mil 263 alumnos. Esta población mantuvo su tendencia estable durante 1986, con un total de 10 mil 372 alumnos. (Cuadro 13 y Gráfica 2).

Los cursos de posgrado que ofrece la Unidad han mantenido su nivel académico a pesar de las carencias presupuestales (Cuadro 1 y Gráfica 1) y la limitación del número de becas disponibles para los alumnos. Sin embargo, es indispensable reforzar la asignación de personal docente tanto en número como en nivel académico, para continuar con el avance logrado hasta hoy.

Cinco son los programas de estudios de posgrado que ofreció durante 1986 la UAM-X y que recibieron un total de 462 alumnos en los tres trimestres. Es decir, hay una población promedio de 154 alumnos de los que el 32 por ciento se ubicó en la Maestría en Medicina Social; el 25 por ciento en la Maestría en Derecho Económico; el 21 por ciento en Rehabilitación Neurológica; el 19 por ciento en Desarrollo Rural y el 3 por ciento cursó estudios en la especialidad de Diagnóstico Integral y Patología Bucal. (Cuadro 16).

La Unidad postuló en 1986 a 109 egresados y profesores para obtener becas de estudios de posgrado ante instituciones nacionales y extranjeras. De estas gestiones, consiguió apoyo para 13 egresados y siete docentes cuyas solicitudes, en suma, equivalen al 18 por ciento. (Cuadro 17).

Continúa el esfuerzo por consolidar los nuevos proyectos de posgrado hasta presentarlos a los cuerpos colegiados correspondientes y obtener su sanción. Para ello, las divisiones académica han constituido las comisiones correspondientes a las maestrías en pesca, educación superior y comunicación.

Los cursos de educación continua ofrecen una posibilidad de actualización y profundización en el conocimiento, tanto para el personal de la Unidad como para egresados de otras instituciones; el trabajo intensivo en lapsos cortos ha resultado atractivo para un número importante de participantes en estos cursos que se han logrado ofrecer gracias al esfuerzo adicional del cuerpo docente.

En aras de la agilidad y del propósito de eludir obstáculos burocráticos, -cuya existencia, dicho sea de paso, no se justifica-, recurrentemente se esbozan propuestas para que Rectoría sea el área que patrocine la realización de programas que en mayor o menor grado implican o combinan actividades de docencia e investigación. Sistemáticamente hemos encauzado estas inquietudes por conducto de las instancias apropiadas, que son las divisiones académicas. Tampoco se justifica la realización de ningún proyecto, curso o investigación que no forme parte de los programas institucionales debidamente sancionados, o que pretenda eludir su incorporación a los departamentos concernientes.

Por otra parte, siempre que surja una inquietud de esta índole trataremos de dar una respuesta administrativa eficiente, de manera que las legítimas pretensiones de eficiencia no sean el pretexto para justificar canales laterales y componendas administrativas ilegítimas.

Mediante el otorgamiento y la gestión de becas; los cursos de educación continua y el encauzamiento hacia los departamentos divisionales de nuevos programas de docencia e investigación, nos empeñamos en incrementar la calidad de la docencia que se imparte en la Unidad. En este sentido, nuestra relación de estudiantes por profesor de tiempo completo -15.25- indica el potencial que tenemos para mejorar la eficiencia y eficacia docentes, sobre todo si comparamos este indicador con el promedio nacional y el de otros países. (Cuadro 18).

Otro punto de referencia al que podemos acudir para mostrar nuestra capacidad de incrementar la calidad de la docencia es el índice de disponibilidad de personal académico por grupo -37.8 horas-semana-mes- con que contamos, mismo que equivale a siete y media horas diaria para cada grupo. (Cuadro 18-A).

No cabe duda que el sistema modular, en comparación con otros sistemas de enseñanza, exige una mayor presencia y esfuerzo por parte del docente y, sobre todo, una capacitación que normalmente no se obtiene con la formación original de nuestros profesores. En 1986 reiniciamos los cursos de formación de profesores y en el presente año contaremos con un programa específico vinculado principalmente con el tronco interdivisional.

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