I. Introducción
El acto mismo de la entrega al Colegio Académico del Informe de las actividades desarrolladas en la UAM en el año 2003, posee un significado doble. Uno, referido al valor intrínseco de la rendición de cuentas, al interés por mantenernos fieles a la cultura de la transparencia que impera en la UAM desde su fundación, y que se consagra en nuestra Ley Orgánica. Otro, de manera evidente, porque el Informe de este ejercicio representa una ocasión y, sobre todo, una oportunidad especial para nosotros, ya que se trata de un año conmemorativo, el de nuestro treinta aniversario. El 2004 lo iniciamos marcados por su herencia, que hace las veces de patrimonio institucional. Es por ello que en la exposición y reflexión de las actividades concretas realizadas durante el 2003 se manifiesta el vigor y los resultados de nuestra historia de trabajo sistemático. Es decir, no se trata de informar sobre todo lo efectuado en tres décadas, sino de pensar que nuestra operación cotidiana remite a un pasado que es su referencia y antecedente.
En este sentido quiero invitarlos a hacer de este Informe un balance general, que sirva para pensarnos y reconocernos como parte de una tradición vigorosa que constituye hoy en día a la UAM. Este acto reflexivo de evaluación crítica y de consideración del entorno, nos permitirá proyectar la Universidad que queremos y que debemos seguir construyendo con responsabilidad social.
Como mencioné en el Informe del año pasado, en el cumplimiento de esta obligación reglamentaria se actualiza una de las más valiosas virtudes de la UAM: la rendición de cuentas y la exposición ante la comunidad académica y la sociedad mexicana del estado que guarda el desarrollo institucional. Así, de manera responsable, nos sometemos al juicio y valoración públicos del desempeño universitario. Quiero insistir en que la rendición de cuentas constituye una práctica normalizada desde nuestro surgimiento y que eso se debe, en buena medida, a que la UAM fue diseñada y se renueva en el escrutinio de los actores y sectores que la integran, pero además porque nuestra Casa abierta al tiempo, consciente y orgullosa de su carácter público, asume como vocación el sentido colectivo y la observación social.
Bajo este imperativo, en el periodo objeto de este Informe, realizamos acciones de suma importancia, entre las cuales destaca la expedición de los Lineamientos para el Acceso a la Información de la Universidad y la creación de la Oficina de Enlace y Acceso a la Información Universitaria, a partir de junio de 2003. Si bien estas acciones obedecieron a lo dispuesto por la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en la UAM hemos compartido los beneficios y las ventajas de la cultura de la transparencia desde nuestro origen, convencidos de su relevancia en una sociedad democrática y con la certeza de que el conocimiento y su forma de producción son por naturaleza públicos.
Al carácter abierto de nuestro funcionamiento institucional se añade el interés de los mexicanos en nuestras realizaciones y nuestras perspectivas de desarrollo; en especial de los más jóvenes, cuyas expectativas vitales e incluso sus oportunidades, se cifran de manera decisiva en la fortaleza de las Instituciones de Educación Pública Superior. Pero además, porque sabemos que para perfeccionar nuestra Universidad necesitamos trabajar de manera conjunta y organizada, lo que requiere del conocimiento riguroso de lo emprendido y también del intercambio sistemático de información.