XII. Comentarios Finales
Los acontecimientos ocurridos en México en el bienio 1994-1995, mostraron claramente la necesidad de que las Instituciones Públicas de Educación Superior colaboren con mayor eficacia en la construcción de una sociedad más y mejor educada, que se caracterice por la calidad de sus recursos humanos, por la fuerza de sus tradiciones y valores culturales, por tener acceso permanente a las fronteras del conocimiento y a la innovación tecnológica y porque en ella predomine el sentido de la justicia en la organización de su convivencia. Esta necesidad es para nosotros un compromiso de gran magnitud y creo no equivocarme al afirmar que de ello depende la viabilidad de nuestro país y la soberanía de la nación.
Ha sido mi responsabilidad involucrar a la comunidad universitaria en la discusión del proyecto académico de la Universidad, que le permita enfrentar en el mediano plazo los desafíos que le impone una sociedad cada vez más compleja y que cambia en forma acelerada.
Uno de los mayores esfuerzos de la presente administración ha estado dirigido a que la comunidad reconozca que, en la actualidad, el gran desafío de la Universidad es mejorar en el desempeño de nuestras actividades docentes y garantizar la formación de profesionistas e investigadores mejor preparados para colaborar con el desarrollo nacional.
Hemos buscado que alrededor de este gran objetivo converjan los esfuerzos de cada una de la Unidades de nuestra Institución, para lo cual ha sido y seguirá siendo necesario potenciar cada una de sus estructuras y modelos académicos, así como fortalecer los espacios y las actividades que les han permitido desarrollarse a lo largo de los años, para construir sus áreas de influencia y reforzar su propia identidad; así como también identificar las deficiencias y obstáculos que actualmente impiden potenciar su desarrollo y el cumplimiento pleno de sus propósitos y objetivos.
Hoy, como en la década de los 80, es necesario redoblar los esfuerzos y nuestro compromiso con la Institución, diseñando políticas y acciones que protejan la vida académica y el cumplimiento de nuestros compromisos. Los momentos actuales nos obligan a desarrollar nuestra mayor creatividad para asegurar el funcionamiento institucional. Nos obligan también a desarrollar un ejercicio más amplio y responsable de planeación académica, en donde se pueda definir cada vez mejor los programas y proyectos prioritarios, impulsar la evaluación permanente de los diversos programas y proyectos que se realizan y destinar los recursos disponibles para el desarrollo de aquellas actividades que tengan calidad y pertinencia.
Asimismo, es necesario reforzar el control del ejercicio del gasto y fortalecer la disciplina financiera para asegurar la viabilidad de la Institución. Debemos buscar que los procesos de planeación y presupuestación se arraiguen en forma definitiva en el quehacer cotidiano de la Universidad y que éstos se vuelvan independientes de la gestión de los órganos colegiados.
Para lograr lo anterior, se necesita contar con un mayor número de cuerpos académicos consolidados, por lo cual resulta fundamental ampliar la cobertura de aquellos programas existentes y el diseño de otros nuevos, cuyos objetivos sean la identificación, desarrollo y consolidación de los cuerpos académicos en la Universidad.
Frente a las adversidades que enfrenta nuestro país es necesario cuidar celosamente nuestra Institución, como Universidad Pública comprometida con el servicio a la sociedad. La historia nos muestra la enorme vulnerabilidad de la Universidad frente a las convulsiones sociales. Instituciones de gran fuerza y tradición se han visto arrasadas por la incapacidad de la sociedad de comprender la importancia y trascendencia de su papel y por las limitaciones de los universitarios para defender los valores y tradiciones que conforman el quehacer académico.
Es por ello que defender y cuidar la Universidad es una de las prioridades de nuestro tiempo. Defendamos a la Universidad con la calidad de nuestro trabajo, con nuestro compromiso en la formación de profesionales e investigadores, con el desarrollo de las tareas de investigación en las fronteras del conocimiento. Defendamos a la Universidad con el trabajo académico serio y responsable, que no renuncia a la disidencia, pero que debe encontrar su realización en las tareas de docencia, investigación y preservación de la cultura.
Es fundamental para el cumplimiento de nuestros objetivos restablecer las condiciones para la reflexión y el análisis. Debemos trabajar todos con el objetivo común de ofrecer un ambiente de mayor estabilidad y certidumbre a nuestros estudiantes. Es necesario que el ambiente de serenidad y confianza que caracteriza el quehacer académico se restaure en la Universidad.
Son muy grandes los desafíos que la Universidad Autónoma Metropolitana habrá de enfrentar en los próximos años. Será necesario atender las demandas de una sociedad más compleja, que requiere de mejores profesionales y que habrá de exigirnos que sus jóvenes sean formados con conocimientos y habilidades que les permitan competir en un mercado de trabajo globalizado. Una sociedad que requiere contar con Universidades más pertinentes para su desarrollo y que realicen un trabajo de investigación de mayor calidad en las ciencias, las humanidades y las artes, en una coyuntura en que las tareas de preservación y difusión de la cultura asumirán una función estratégica en la inserción del país en los procesos de mundialización.
De lo mencionado a lo largo del informe, es claro que en la UAM hemos concentrado nuestro mayor esfuerzo en un intenso proceso de renovación y fortalecimiento académico. Esto es el resultado del trabajo de la comunidad universitaria que se ha comprometido, aún más, con el cumplimiento de los objetivos de la Institución en los momentos difíciles que han puesto en riesgo a nuestra Casa de Estudios.
Podemos decir que en un entorno de dificultades, la Universidad sigue apostando por la calidad y por el futuro de México; una apuesta por el futuro que tiene su eje en alcanzar mejores niveles de calidad en todas su actividades. Creemos que la sociedad aprecia y reconoce este esfuerzo.
En la UAM estamos comprometidos con el desarrollo de México en su conjunto. Reconocemos la importancia de atender a las necesidades de los procesos de cambio que están vinculados a la globalización e internacionalización de nuestra economía. Para atender las demandas de estos procesos estamos promoviendo la profesionalización del personal, la consolidación de los cuerpos académicos, el mejoramiento de la formación profesional de nuestros estudiantes, generando alternativas de formación continua, fortaleciendo las actividades de investigación básica y ampliando y consolidando nuestros programas de estudio a nivel licenciatura y postgrado.
Pero también entendemos que como Universidad Pública es necesario atender a los sectores de nuestra sociedad que se encuentran rezagados del desarrollo, que han sido marginados por estos procesos y que no tienen acceso a las ventajas de una economía más moderna.
En la Universidad creemos que la vinculación con la sociedad, implica la construcción de relaciones entre las actividades académicas y la pluralidad de formas de vida social que conviven en nuestro país. De este modo, la Universidad Pública se constituye en un puente que pone en comunicación diversas formas de expresar lo que somos como nación. Pero estas actividades las realizamos desde la plataforma del trabajo académico y sin desnaturalizar sus objetivos esenciales o abandonar su compromiso de ser una empresa cultural comprometida con las tareas del conocimiento, con su generación, transmisión y difusión.
Hoy como siempre son muchos y de diversa índole los problemas y retos que afronta nuestra Universidad. Son también importantes los recursos humanos y la experiencia acumulada con que cuenta para enfrentarlos. Sin embargo, el punto de partida para resolver los problemas está en la comunidad y en su capacidad para participar y comprometerse con el mejoramiento de nuestra Universidad.
En este sentido la fuerza de la Universidad está en su capacidad para confrontar racionalmente ideas y lograr acuerdos significativos en torno de los objetivos que compartimos. Los problemas han sido oportunidad para renovar las estrategias, para reforzar y ajustar las estructuras institucionales y para refrendar los compromisos originales que sustentan la existencia de nuestra Universidad Pública.
Convoco a la comunidad universitaria a reafirmar su compromiso con la vida académica y con el desarrollo de nuestra Institución, en un marco de altos niveles de calidad. El país requiere hoy que concentremos un mayor esfuerzo en las tareas que realizamos, en la formación de profesionales, en la generación de nuevo conocimiento y en la preservación y difusión de la cultura. Redoblemos nuestro compromiso para cumplir cada día mejor con las tareas que nos ha encomendado la sociedad.