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4. Lugar de la UAM en la sociedad
Somos responsables de la formación de más del quince por ciento de los jóvenes que asisten a las instituciones de educación superior del Distrito Federal. Provenientes de casi todos los grupos sociales de nuestra ciudad, conforman un conjunto abigarrado que refleja el amplio espectro que va de los de la clase media desde sus estratos superiores hasta los más modestos.
Parte relevante de nuestra misión ha sido dotar a estos jóvenes estudiantes con una educación integral que los capacite para enfrentar problemas permitiéndoles mirar hacia el futuro con una mayor confianza, siempre buscando una perspectiva social, es decir, atendiendo a las consecuencias sociales de sus actos. Por eso, la Universidad se ha mantenido atenta a las transformaciones de su entorno y desde los espacios propios de su gestión ha buscado incidir en el mismo.
El profesor-investigador transmite a su alumno una actitud crítica y constructiva respecto de su objeto de trabajo. Lo conoce, se mantiene al día en relación con los debates científicos y académicos pertinentes y establece frente al mismo una actitud de desafío intelectual buscando estrategias de solución y planteamientos novedosos.
Esta actitud nos ha llevado a ser activos en nuestra relación con la sociedad. Hemos establecido contactos con diferentes instituciones públicas y privadas externas a la Universidad ubicadas en los diferentes sectores, así como con individuos de los que hemos recibido aportaciones relevantes. Nuestra posición es cada vez más interactiva de tal manera que estamos dispuestos a dar y no sólo a recibir.
Nuestros profesores-investigadores se han involucrado en la solución de problemas de la índole más variada. Su opinión manifestada en congresos, conferencias, publicaciones, entrevistas y otros medios, es prueba fehaciente de la preocupación de nuestra comunidad por diferentes aspectos de la problemática metropolitana y nacional. Sus preocupaciones abarcan prácticamente la totalidad de los grandes problemas contemporáneos y en los laboratorios, salones de clase o prácticas de campo, los más de dos mil académicos de carrera que componen nuestro cuerpo docente y de investigación buscan cotidianamente la mejor manera de plantear un problema y de solucionarlo.
Al revisar el impacto de nuestras actividades a través de su difusión en la prensa nacional, destaca entre los problemas inmediatos a los que dedicamos gran parte de nuestras energías el de la contaminación que da cuenta de la rica cultura ecológica que se ha desarrollado por igual en todas las divisiones de la Universidad.
Otras áreas que fueron señaladas con particular insistencia y sensibilidad por los diarios, fueron las relaciones de la universidad con la industria, el intercambio académico con instituciones nacionales y extranjeras, la salud pública, la tecnología, la calidad de la educación superior, el Tratado de Libre Comercio, la formación de recursos humanos, la democracia, diversos desarrollos de ciencia pura, la pobreza y la economía y los procesos productivos. En todos estos rubros y en muchos más quedó plasmada la vitalidad de nuestra institución en tanto que espacio favorable para la reflexión crítica y la discusión sin cortapisas de ideas, teorías, conjeturas y proposiciones.