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IV. Balance y perspectivas

Ha sido del mayor interés y preocupación de esta administración contribuir a la creación de las condiciones necesarias para generar cambios dirigidos al mejoramiento de nuestras actividades universitarias. La comunidad universitaria ha sido convocada reiteradamente a participar y debatir sobre las alternativas de desarrollo de nuestra Institución. Estamos convencidos de que en la suma de esfuerzos y en el intercambio de ideas haremos posible el reto de consolidar una Universidad abierta al futuro.

Desde la fundación de nuestra Universidad el compromiso más importante ha sido, desde luego, con la sociedad. La UAM ha demostrado a través de la responsable realización de sus tareas sustantivas, un reiterado interés por colaborar en el desarrollo y fortalecimiento de nuestro país. Formamos parte de la sociedad y a ella ofrecemos no sólo el crucial servicio de la educación; también nos esforzamos en labores de investigación que permitan mejorar las condiciones materiales y culturales de vida y, finalmente mantenemos un fuerte compromiso con la difusión y preservación de la cultura.

No hay duda, es la sociedad nuestra principal preocupación, sus necesidades son las nuestras, porque compartimos la convicción de que el saber y el conocimiento son pieza clave de su desarrollo. Fortalecer nuestra institución, y con ello nuestra vida académica, es tarea necesaria para responder a los retos que hoy en día se nos presentan.

La vida de la UAM se ha distinguido por la constante preocupación de hacer de la reflexión, del debate razonado, de la búsqueda de consensos, la vía fundamental para fortalecer su estructura institucional. E por ello que vemos a l Universidad trabajar por la consolidación de un modelo académico fortalecido, en la realización responsable de sus actividades, con la flexibilidad necesaria para responder cabalmente a los retos que los nuevos contextos económicos, políticos y sociales le presentan.

No es ninguna novedad señalar que la sociedad contemporánea permanece en constante transformación. Tanto al interior de nuestro país,. Como en el mundo entero, la sensación de cambio y reacomodo es intensa. En ocasiones el movimiento es tan acelerado que produce incertidumbre, la complejidad de los fenómenos mundiales y locales que nos impactan nos han obligado a formular teorías explicativas que consigan, si no resolver la complejidad, por lo menos disminuir la sensación de incertidumbre. Es indispensable, más que nunca, planificar y proyectar nuestras actividades y tareas institucionales, con el mayor cuidado y con la fuerza necesaria para participar e incidir en el rumbo que queremos. No es, sin lugar a dudas, tarea fácil. Se requiere de la imaginación, el compromiso y el esfuerzo colectivo del conjunto de la comunidad.

Dentro de este panorama sabemos que la educación tiene un papel primordial en el nuevo orden mundial. A través de ella los diferentes países se preparan para formar parte del escenario emergente, en donde los saberes se intercambian y avanzan con gran rapidez, en donde la especialización, el desarrollo científico, la innovación tecnológica, la elaboración y construcción de nuevos conocimientos definen el lugar que, dentro del mundo, ocupará cada una de las naciones. Quizá más que en ningún otro momento de la historia, la educación tiene l irrenunciable compromiso de propiciar un ambiente en donde las oportunidades de desarrollo personal sean las mismas para todos.

Es indiscutible que la situación particular que atraviesa nuestro país nos obliga a realizar un esfuerzo mayor. No es necesario describir la situación de desigualdad que existe en nuestra sociedad y en relación con otras naciones. Lo sabemos de sobra. Es por ello que refrendar el compromiso con la sociedad constituye una de nuestras mayores exigencias.

En la universidad Autónoma Metropolitana contamos con un poderoso modelo de vida académica, nuestra trayectoria nos ha permitido consolidar un proyecto de educación superior que ha conseguido responder satisfactoriamente a las expectativas de nuestro país, conformando, con ello, una alternativa singular dentro de las instituciones de educación superior pública. Todo ello es la garantía de que nuestra Universidad habrá de responder con éxito a los retos del futuro.

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