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Introducción
En cumplimiento con lo establecido en la fracción XII del artículo 47 del Reglamento Orgánico de nuestra Legislación Universitaria, referente a la obligación de los órganos personales de informar sobre los asuntos relativos a su responsabilidad, presento ante este Organo Colegiado y ante la comunidad universitaria de la Unidad Iztapalapa, el último informe de actividades de la actual administración correspondiente a los dos primeros trimestres del año 2001. Por su carácter institucional, el presente Informe pretende exponer de manera resumida pero clara, tanto aquellos aspectos en los que la comunidad universitaria ha obtenido avances y logros, como aquellos otros donde, desde mi opinión, los avances han sido marginales o simplemente no los hubo y por consecuencia hay que enfatizar los esfuerzos que permitan a nuestra Unidad, cumplir cabalmente nuestra responsabilidad con la comunidad universitaria y con la sociedad.
Los temas centrales de este informe se refieren básicamente a su vida académica, su vinculación con la sociedad, las decisiones que afectan el diario acontecer de la Unidad y de la Institución, su planta académica, sus estudiantes, sus trabajadores administrativos y de apoyo, su infraestructura, etc. Tengo la firme confianza de que nuestra comunidad reconocerá en él los frutos de sus esfuerzos, que han sido muchos y muy notables, pero también todo lo que nos falta por hacer. Como resultado de esos avances, nuestra Unidad ha tenido transformaciones importantes y estoy seguro de que se encuentra ahora más capacitada para cumplir con las tareas que la sociedad mexicana le ha encomendado.
Nuestro país y sus universidades públicas se encuentran inmersos en un período de transición como parte de los acontecimientos políticos que se han sucedido en este último año, todos vemos con gusto que, durante el periodo comprendido en este informe, la vida política de nuestro país ha tenido avances muy importantes. Sin duda, las instituciones públicas de educación superior han tenido una participación destacada en el proceso de transformación general que ha vivido el país en los últimos años, proceso del cual nuestra Universidad no puede quedar como simple observado de los acontecimientos, sino debe proyectar su presencia en los diferentes ámbitos de la vida pública del país.
Desde esta perspectiva general, la Universidad Autónoma Metropolitana se ha preocupado por diseñar políticas y estrategias que respondan a las necesidades sociales del país sin perder de vista el cambiante entorno en que se desarrolla, para que sus decisiones le permitan afrontar los retos, obstáculos y problemas que limitan el cumplimiento de sus funciones sustantivas así como en el natural desarrollo que la sociedad reclama para sus instituciones, en particular las del sistema educativo nacional. A pesar de las dificultades que ha tenido que enfrentar la Universidad en los últimos años, ésta ha continuado con paso firme hacia su consolidación como institución de educación pública de calidad, como una opción atractiva hacia los jóvenes que buscan alternativas para su desarrollo personal y profesional.
Nuestra Unidad Académica ha contribuido en forma muy destacada con los avances de la Universidad Autónoma Metropolitana. Sus cuerpos académicos han consolidado su habilitación. Muchos de nuestros profesores han tenido logros importantes en sus investigaciones y ahora son objeto del reconocimiento de sus pares académicos, tanto nacionales como internacionales. El llamado hecho por el Rector General para reflexionar sobre nuestras labores docentes, está empezando a generar una corriente de renovación en las formas y costumbres de impartir nuestras labores educativas. La discusión sobre las propuestas de Políticas Generales y Operacionales de Docencia generó un interés muy amplio en la Unidad Iztapalapa y varios de los miembros de este Consejo Académico tuvieron un papel destacado en la comisión del Colegio Académico que las elaboró. Para enriquecer nuestra oferta educativa hemos hecho modificaciones importantes a muchos de nuestros planes de estudio de licenciatura, tenemos nuevos planes de estudio que nos permiten ofrecer un sistema de posgrado muy completo y de gran calidad, avalado por la habilitación de su planta académica, lo que ha permitido trascender hacia ámbitos externos a la Institución con la impartición de posgrados a través de convenios de colaboración con universidades del interior del país. La División de CSH se ha distinguido en este aspecto con la impartición de varios de sus programas de posgrado en instituciones públicas de educación superior de los estados. Este es uno de los aspectos a desarrollar a futuro, mirar hacia fuera para que nuestra Unidad tenga mayor presencia e impacto en aquellos lugares que observan a nuestra Universidad con la suficiente calidad para apoyar su desarrollo.
Otro de los aspectos que deben impulsarse con vigor, es la vinculación con la sociedad en su acepción más amplia, tanto en programas de fomento a la cultura y desarrollo de actividades sociales en comunidades que requieran de los servicios profesionales de alumnos y personal académico, como de aquéllas que permitan a la Institución y a la Unidad Iztapalapa en particular, ampliar y diversificar sus actividades docentes y de investigación mediante la búsqueda y concreción de convenios de colaboración con instituciones de carácter social, público y privado.
La Unidad Iztapalapa se ha distinguido en este rubro, como lo demuestra una tendencia creciente en sus actividades de vinculación con diversos sectores de la sociedad. Consecuentemente, los ingresos económicos por los vínculos de la comunidad universitaria con sectores externos son mayores, más variados y lo que es más importante, muchos de nuestros alumnos participan en esos esfuerzos de vinculación y reciben una educación más abierta, actual y acorde con las necesidades sociales.
Las dificultades presupuestales son causa de fuerte preocupación. Como consecuencia de un largo periodo de crecimiento de la Unidad en el que las necesidades ha venido sobrepasando muy significativamente a los ingresos provenientes del subsidio federal, muchos de los requerimientos de mantenimiento de la infraestructura han quedado rezagados en su satisfacción; de continuar así, afectaremos muy seriamente las actividades sustantivas de la Universidad. La infraestructura deteriorada, con fallas constantes en su funcionamiento, dejaría de apoyar adecuadamente el desarrollo docente, de investigación y de preservación y difusión de la cultura. Además, la comunidad universitaria ha manifestado sistemáticamente su preocupación por varios aspectos importantes de su seguridad en caso de siniestros.
Estas preocupaciones, que son generalizadas, motivaron un acuerdo de gran importancia en nuestra Unidad para la elaboración de los presupuestos de operación y de inversión de los años 2000 y 2001, mismo que ha sido ratificado para el proyecto de presupuesto del año 2002. El acuerdo ha consistido en dedicar partes sustanciales de las prioridades presupuestales para crear el Programa de Mantenimiento y Seguridad de la Unidad; para el presupuesto del año 2000, se decidió que el 30% de la segunda prioridad presupuestal y el 100% de la tercera prioridad se orientasen a mejorar y mantener nuestra infraestructura. Las limitaciones presupuestales de ese año nos impidieron tener recursos para la tercera prioridad y redujeron el monto de ese programa a lo disponible en segunda prioridad. No obstante, el programa fue iniciado con éxito lo que ha motivado que se haya logrado un acuerdo similar para el año 2001, en el que una parte importante de los recursos presupuestales (5.8% de la primera prioridad, el 30% de la segunda y el 50% de la tercera) se dedicaran a fortalecer el programa. Para el año 2002 se plantea en el proyecto de presupuesto, dedicar un 6.04% de la primera prioridad, 19.98% de la segunda prioridad y 60.4% de la tercera prioridad a éste programa, para garantizar el normal cumplimiento de las funciones sustantivas. Estoy seguro de que después de varios años de apoyo consistente, podremos ver diferencias favorables muy notables en el funcionamiento de la infraestructura de la Unidad y en la seguridad de nuestras instalaciones.
Otro aspecto fundamental para la realización más plena de nuestra misión como Universidad es el de nuestro sentido de comunidad. Mucho de los problemas que aquejan al buen funcionamiento de la Universidad en su conjunto y de la Unidad en particular, tiene su origen en una ausencia o falta de pertenencia a la Institución de parte de su comunidad, lo que ocasiona que la convivencia cotidiana se haga poco agradable y en ocasiones conflictiva. Esto se debe al desconocimiento o falta de promoción de los valores que la Universidad representa y debe impulsar tanto entre su comunidad como entre el resto de la sociedad. Es, en mi opinión, muy importante que todos apreciemos sus valores y nos sumemos a su proyecto. Hay muchos elementos de nuestro quehacer cotidiano que se ven apoyados si reforzamos nuestro sentido de convivencia.
Es en esta dirección que hemos creado varios programas de apoyo que promuevan una convivencia sana en la comunidad universitaria, entre los que se encuentran la rehabilitación en espacios comunitarios en el campus de la Unidad, el Programa Integral de Calidad y Bienestar (PICABI) y el Programa de Educación Sexual. Otros que ayudan a que la comunidad universitaria se sienta más segura, al acudir o retirarse de las instalaciones universitarias, como son el Programa Taxi Seguro y el Programa Combi Segura.
El personal administrativo y el de apoyo son de suma importancia para el cumplimiento de las funciones para el cumplimiento de las funciones sustantivas de la Universidad. La complejidad y diversidad de las actividades que se tienen diariamente en la Institución requieren de un personal capacitado y de una organización del trabajo adecuada para responder con prontitud y eficacia a las demandas de servicio por parte de la comunidad. Este es un ámbito en el que tendremos que trabajar incansablemente. Esta administración ha buscado establecer paulatinamente, un mejor nivel de comunicación con el sector administrativo y mejorar los espacios de trabajo y la infraestructura del personal de apoyo, dentro de las limitaciones existentes. Se ha continuado con los programas de capacitación para el personal administrativo de confianza y el personal de base.
Así, nuestra joven Universidad, a más de 27 años de su fundación, mantiene su compromiso social cumpliendo con calidad sus funciones de docencia, investigación y preservación y difusión de la cultura.
Como es ya costumbre, este informe está acompañado por un documento más extenso, el Anexo Estadístico , que aporta datos cuantitativos sobre la situación de la Unidad Iztapalapa. Espero que ambos ayuden al análisis y a la planeación necesaria para seguir encontrando los mejores caminos para nuestra Institución.
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