<Página anterior - Indice>

III. LA UNIDAD XOCHIMILCO EN EL CONTEXTO DE LA UAM.

La población estudiantil captada por la Unidad Xochimilco, pese a mantener una tendencia creciente, sus ritmos de aumento han sido menores a los de las otras Unidades; bajo el término de alumnos de tiempo completo, su participación ha sido del orden del 28.22% en el período de 1986-1990; tal proporción disminuida, que fue el resultado directo de los daños causados por el sismo a las instalaciones universitarias y que se ha venido modificando a partir de 1990 en virtud de las adecuaciones y reparaciones correspondientes, ha comenzado a superarse y nos permite ver la evolución de población que en 1990 alcanzó la cifra de 11,122 alumnos y en 1991 se incrementó hasta 11,350.

Se ha considerado que las instalaciones con que se cuenta, darían la posibilidad de alcanzar los 15,000 alumnos en las diferentes carreras que existen; sin embargo existen notables deficiencias de equipamiento y de aulas adecuadas según se ha reflejado en las encuestas realizadas por COPLADA, relacionadas con la evaluación de Licenciaturas; tal situación ha sido nuestra preocupación y motivo de gestiones ante las autoridades pertinentes con la finalidad de resolverlos para alcanzar la meta de loS 15000 alumnos; no sólo para obtener mayor eficiencia en el uso del espacio físico, sino, también, para eliminar la apreciación que se tiene de la Unidad de Xochimilco que, conforme a las asignaciones presupuestales y la población actual, nos convierte en la más cara de las Unidades: mientras la Unidad Azcapotzalco registra 4.87 millones de pesos por alumno en el presupuesto ejercido de 1991, la de Iztapalapa, 5.58 millones, Xochimilco gasta 6.26 millones.

De otro lado y frente a estos datos adversos, considerando a los egresados somos la unidad más eficiente en el uso de loS recursos: nuestra universidad registra más del 40.0% del total de la población egresada y titulada y, por lo tanto, el presupuesto relacionado con estos conceptos es el más bajo de las tres Unidades.

Contamos, para atender a nuestra población escolar, con 975 docentes, cifra menor al resto de las unidades y en una gran proporción compuesta por docentes de tiempo completo, en más del 67.0%; sin embargo, sus actividades y resultados aún se registran en forma confusa, si es que atendemos a las situaciones siguientes:

- La información de DIPLADI, que depende de la Rectoría General, registra para el trimestre 91/o a 975 docentes para la Unidad Xochimilco, de los cuales 715 son considerados de tiempo completo, 224 de medio tiempo y 36 de tiempo parcial; frente a estas cifras, en la información proporcionada por nuestras Divisiones en la evaluación de Licenciaturas y Posgrados, realizada por la COPLADA a principios de este año, tales cifras ascienden a 663 de tiempo completo, 135 de medio tiempo y 83 de tiempo parcial, que arrojan un total de 981. Aún más, la informaci6n proporcionada por la Coordinación de servicios Escolares de nuestra Unidad, registra solo 447 docentes en actividades de docencia en troncos, carreras por turno para el trimestre de referencia.

La disparidad en las cifras y, lo más grave, el reflejo de la subutilización del principal recurso de la Universidad, su personal docente, en mi opinión, no es más que la expresión de las deficiencias que tenemos en las fuentes que generan tal información y que se debe corregir con verdadero sentido de la urgencia, ya que no es posible evaluar y determinar criterios de planeación para la Universidad, cuando esta información es imprecisa. Con el restablecimiento de la publicación de la programación integral por trimestre, es altamente probable que este problema de información y registro sea superado.

Se podría esperar que ante el tamaño de las cifras de docentes, tuviéramos una mayor relevancia en los registros del sistema Nacional de Investigadores, pero el número de investigadores calificados con esta categoría se mantuvo en 1991 apenas por encima del año anterior, sólo contamos con 46 miembros del, S.N.I., entre candidatos (16) e investigadores nacionales (30) que representan el 7.04 % del personal académico de tiempo completo, contra 35 investigadores nacionales de 1990, que representaron el 6.19% del universo correspondiente; en 1991 se inscribieron en ese padrón 6 nuevos candidatos y cuatro nuevos investigadores; por ello, se han facilitado y promovido los trámites conducentes para su inscripci6n, ya que el alcance de este reconocimiento se reflejará no sólo en la premiación de sus esfuerzos, sino también en la mejoría de los niveles de calificación de excelencia universitaria que, en la realidad, debemos construir y de cuyo logro depende, además, parte de las ampliaciones de los recursos asignados a las Universidades.

El presupuesto de operación que se ejerció en 1991 en la Unidad Xochimilco, alcanzó un monto de 71 mil millones de pesos, mismo que a precios constantes representó, con respecto al ejercicio de 1990, un incremento de 6.5%; de este monto total se destinó al pago de remuneraciones y prestaciones el 83.3% y, en particular a los docentes, el 55.7%. Sin embargo, el análisis un poco más detallado de las cifras, nos refleja que el incremento, a precios constantes (base IPC de 1984=100 del Banco de México), de las remuneraciones y prestaciones fue el mas alto, al alcanzar el 7.8% con respecto al año anterior; de esta manera virtualmente se comienza a modificar la pérdida que ha sufrido en sus niveles de ingresos reales el personal que trabaja para la Universidad.

Retorno tales cifras obvias para los que trabajamos en la Universidad, en el contexto de la discusión que se ha suscitado respecto a las funciones y presencia de la Universidad Pública en la sociedad mexicana actual.

Los datos y gráficas que se presentan en anexo, dan cuenta de la magnitud de los esfuerzos que ha realizado la comunidad universitaria; en ellos, cada trabajador y cada estudiante universitario, podrán reconocer su aportación a un esfuerzo colectivo que debe enorgullecernos. Conforman, también, un referente indispensable en la definición de los desafíos de un futuro inmediato, inminente.

Desde el alegato necesario y exitoso con el Conacyt, hasta la interacción con otros modelos educativos que se desarrollan en nuestras unidades hermanas de Azcapotzalco e Iztapalapa, resulta imperativo reconocer la dimensión de los nuevos compromisos adquiridos, así como la posibilidad, a nuestro alcance, de redoblar esfuerzos y mejorar nuestros resultados. Tenemos todo para continuar el avance de nuestras tareas y alcanzar, no decretar, un nivel de excelencia académica que nos resulte satisfactorio.

Aprecio, con especial atención, los logros que, desde las áreas de investigación y el trabajo en aula, hasta las direcciones de división y jefaturas de departamento, se han verificado durante 1991. Celebro que dichos logros se obtengan en una interacción adecuada con las áreas de apoyo de nuestra universidad; sin embargo, todos debemos reconocer que estos avances se presentan de manera. desigual y heterogénea, en circunstancias en que la marcha universitaria no puede, por mas tiempo, ser dictada desde donde se camina mas lentamente. Es tarea de nuestra colectividad apoyar para que, donde el desarrollo relativo es menor, se acelere el cumplimiento de las tareas universitarias y, brindado ese apoyo, se exija un avance objetivo e indiscutible.

Por los logros y pendientes, hago el mas amplio reconocimiento a la comunidad universitaria que está representada en esta Consejo.

Muchas Gracias.

<Página anterior - Indice>