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I.- EL CONTEXTO NACIONAL:
En las políticas del actual gobierno ha jugado un papel preponderante la disminución del déficit en el gasto gubernamental y la inserción de la economía nacional en el proceso globalizador que actualmente presenta el panorama mundial.
En este sentido, se han llevado a la práctica medidas orientadas a disminuir la participación del Estado en las actividades económicas que se reflejan en la eliminación de subsidios, privatización de las empresas paraestatales y de participación estatal, creciente disminución del aparato administrativo mediante la reestructuración de las dependencias gubernamentales y liquidación del personal correspondiente; así como el abatimiento en los niveles de asignación presupuestal para las Universidades, que no cubren las recomendaciones hechas por los organismos internacionales.
Por otro lado, se ha proseguido con las actividades tendientes a la firma de un Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos, en la pretensión de conformar un área económica capaz de hacer frente a la comunidad económica europea y la del sureste asiático lidereado por el Japón, añadiéndose para el caso diversas medidas orientadas a obtener la modernización de la planta productiva nacional y el mejoramiento de sus niveles de productividad.
Tal situación ha incidido en la orientación y funcionamiento de las universidades públicas; por un lado, se ha presentado la necesidad de mayor apertura en los programas docentes y de investigación a los requerimientos concretos del sector productivo y, por otro, el deterioro de su capacidad operativa como resultado de las restricciones presupuestarias que le permita adecuarse a las nuevas necesidades generadas por tal política.
Como resultado de ello, en el caso particular de la UAM se han puesto en práctica medidas contingentes, destinadas a paliar esta situación a fin de limitar la erosión del potencial universitario y la desintegración de su comunidad académica ante las mejores expectativas que les brindan otros sectores.
Entre las medidas consideradas cabe hacer mención de las becas de permanencia y estímulo a la investigación ya la docencia, el apoyo de las autoridades universitarias para el ingreso al sistema Nacional de Investigadores y la flexibilidad en los procedimientos para la firma de convenios con empresas e instituciones; así como en el caso específico de la Unidad Xochimilco, la creación de comisiones destinadas a definir los criterios generales para la readecuación de la Unidad en el marco social actual.
Es indiscutible que las medidas contingentes son soluciones parciales y de corto plazo; no se tiene, aún, la política fundamental: que el gobierno tome conciencia de la real importancia de la Universidad Pública y reconsidere los criterios con que se ha determinado su papel en la sociedad; es decir, la reconsideración de su eficiencia y participación, diferente a los pobres indicadores parciales, hasta ahora empleados. La universidad, en sus propósitos, tiene un universo de acción más amplio, cubre desde la generación y transmisión del conocimiento, su participación en los procesos del desarrollo económico y social, cuya complejidad, si bien es difícil de precisar, requiere de otros criterios para su evaluación y el papel social que cumple.
Es en este sentido, que nos hemos visto obligados a establecer comisiones como las que hemos señalado, con la intención no sólo de formular criterios, sino también hacerles comprender a las autoridades del país la importancia de nuestro quehacer universitario.
Es un hecho que la demanda de apoyo científico y tecnológico al sector productivo del país se incrementará al paso que el Tratado de Libre Comercio comience a ser efectivo para las partes firmantes; en ello, las universidades, en sus diferentes modalidades de públicas y privadas, tendrán la obligación de apoyar este esfuerzo, en términos de investigación y personal profesional cada vez mejor capacitados, lo cual, a su vez, nos obligará a revisar y evaluar los contenidos y programas de estudio, características de las carreras, expectativas de especialización y posgrados, readecuación de infraestructura, etcétera. Esta situación, que será posible no sólo con el esfuerzo interno, sino con la adecuada respuesta que, en términos de recursos, nos brinden las autoridades del país y del resto de nuestra Universidad.