I. INTRODUCCION
Con este documento presento al Colegio Académico el Informe de Actividades de la Universidad Autónoma Metropolitana correspondiente al año de 1991. De acuerdo con lo anunciado en el Informe de 1990, en esta ocasión presento una visión global del estado que guardan los asuntos de la universidad. Durante el transcurso del año enviaré a este Organo Colegiado la información detallada conforme cada Unidad entregue sus informes y podamos consolidar los datos que nos permitan construir una imagen más fiel de nuestra Universidad de acuerdo con el propósito de fortalecer los procesos de planeación y evaluación.
Se ha abierto un proceso de transición que renueva las perspectivas de desarrollo de la Institución. La Universidad cambia, busca nuevos mecanismos de gestión, reorganiza sus actividades y amplía su capacidad de respuesta a las demandas de la sociedad que podríamos resumir en la exigencia de formar egresados capaces de colaborar en la solución de los acuciantes problemas del presente, y de prever las opciones que, para bien o para mal, encierra el futuro.
Las transformaciones que se están dando en el interior de la Universidad no son ajenas a los dramáticos reacomodos en México y el mundo. Son una respuesta desde su espacio de autonomía y en defensa del mismo, siempre bajo el imperativo de preservar y fortalecer su modelo de desarrollo académico. La Institución no puede permanecer ajena a los acontecimientos que se dan en su entorno, a riesgo de volverse vulnerable a las presiones externas.
Frente a las transformaciones del Estado, debemos reaccionar, igualmente, con eficacia y responsabilidad. Hemos comprobado que ello es posible siempre y cuando nuestros puntos de vista se encuentren respaldados por el consenso de la comunidad y su trabajo académico.
Podemos afirmar que en los últimos años se ha preservado y consolidado la autonomía de la Universidad fundamentalmente a partir del consenso para la renovación de la Institución y el compromiso de la comunidad universitaria con la promoción de la vida académica.
La Universidad cambia preservando sus valores. Se transforma para refrendar sus compromisos originales y reafirmar su voluntad de servir a los procesos de desarrollo del país.